GRAN MELIÁ PUERTO RICO GOLF RESORT * * * * *
El establecimiento es imponente, pero hay que reconocer que el efecto es satisfactorio. La aldea del Gran Meliá con sus 544 suites se ha integrado perfectamente en el emplazamiento, frente al mar, donde el viento nunca deja de venir a cosquillar los cocoteros. La arquitectura del inmenso hall de entrada sumerge a la parte anfitriona en un ambiente religioso y colonial. Las cómodas tumbonas del bar dan tiempo para admirar el paisaje, si el sueño no te gana. Todo el mundo parece apreciar el lugar, incluso las iguanas que se pasean por los pasillos. El espacio común, que alberga la piscina y totalmente abierto al océano, es absolutamente magnífico. Las lujosas habitaciones, de lujo, ostentan una decoración casera que combina tonos cálidos y tielos. El confort está en la cita con mucho espacio, una decoración perfecta y una excelente cama. En cuanto a la cocina, todo el mundo encontrará su felicidad. La dirección ofrece a su clientela una cocina variada, accesible en los 5 bares y restaurantes del Gran Meliá. El elegante y distinguido Tempo steaks and pasta sirve una de las mejores cocinas italianas de la isla. En el Nami Asian Bistro, la casa también se ha probado en la cocina japonesa, con un poco menos de éxito esta vez, ya que los sushi son decepcionantes en general. Cabe destacar el Pasion by chef Myrta que propone por la noche una cocina puertorriqueña especialmente sabrosa. El Café Soleil ofrece una cocina criolla, mientras que 2 bares, uno al aire libre y otro en el interior, sirven buenos aperitivos. En un lugar tan lujoso, la administración del hotel no ha olvidado todos los ingredientes que invitan a la relajación: spa, masajes y… golf, el circuito es magnífico. Los aficionados apreciarán. A este precio y en estas condiciones, necesariamente un buen establecimiento de 5 estrellas.