Los mejores alojamientos Kuching

A unos minutos en coche del centro de la ciudad, las 34 habitaciones del Basaga están ubicadas en un jardín tropical donde reinan árboles antiguos y una bonita piscina de agua salada. La casa principal, de más de 150 años, tiene un encanto irresistiblemente colonial y un diseño refinado. Hotel cuidado, ventilado con un restaurante al aire libre y una bienvenida sonriente. Dos lanzaderas gratuitas al día para el centro de la ciudad.

El Damai Beach Resort es un hotel de 4 estrellas que ofrece un entorno elegante con jardines tropicales. Ofrece habitaciones cálidas y modernas equipadas con TV de pantalla plana, mininevera y set de té y café. Algunas habitaciones tienen balcón y/o vistas al mar. El complejo cuenta con 2 piscinas al aire libre, spa, gimnasio, campos deportivos, barbacoas y rutas de senderismo. También hay un bar junto a la piscina, un animado bar con noches de karaoke y un agradable restaurante bufé que sirve cocina Halal. La conexión Wi-Fi es gratuita y el desayuno está incluido. El aparcamiento también es gratuito.

Esta posada china de fachada roja (no tendrá pérdida) dispone de 9 habitaciones con capacidad para cuatro personas. Aunque la decoración es minimalista, el ambiente sigue siendo muy agradable y las camas son de buena calidad. También dispone de cocina y lavandería. La sala de relajación, con su gran sofá, cojines en el suelo, libros y televisión, es ideal en caso de lluvia prolongada. Una dirección limpia y bien cuidada, con un personal sonriente, apreciada por mochileros de todo el mundo.

Gran hotel de 288 habitaciones sin encanto particular, pero bien situado frente al río. Las habitaciones son funcionales y hay una piscina. Buen bufé para el desayuno.

Este hotel de carácter ocupa un bungalow con una larga historia, situado en una colina. Construido en 1885, el edificio se convirtió en un internado para niñas en 1933. Las 40 habitaciones llevan el nombre de los antiguos profesores de la escuela. Aunque renovada, la casa conserva su encanto antiguo. Las habitaciones con una decoración muy gráfica, en blanco y negro, son bastante sencillas. Algunos incluso se convierten en dormitorios, lo que puede parecer extraño para este tipo de establecimiento.

El hotel, renovado hace poco, ya que tenía mucha necesidad, dispone de un restaurante piano-bar en la planta baja. Ambiente garantizado por la noche y relajante durante el día, en habitaciones limpias y funcionales.

Un pequeño hotel con confort básico, sin encanto particular pero limpio.