Los mejores alojamientos Nyaungshwe

Un verdadero paraíso en una parte pintoresca y tranquila del lago. Un restaurante impecable dirigido por un francés. Cada habitación, vasta e impresionante, rodeada de vegetación, tiene vistas al lago. La arquitectura es magnífica, hecha de madera de teca y diseñada por el propietario birmano. Los lugares reflejan originalidad y serenidad. Espectáculos de danza tradicional, paseos en barco, piscina climatizada, masajes y préstamo de bicicletas. Una luz tenue para un escenario encantador.

Situado en pleno centro de la ciudad, el hotel cuenta con una terraza muy agradable para tomar el desayuno. Las habitaciones están limpias pero un poco oscuras (las paredes no son muy gruesas). Buena relación calidad/precio. Organización de excursiones.

El Zawgi Inn Nyaung Shwe es un minhotel situado en Nyaung Shwe, a 1 km del centro de la ciudad. Ofrece 9 habitaciones y se encuentra a menos de 25 minutos a pie del monasterio Shwe Yan Pyay. El aeropuerto más cercano es el aeropuerto de Heho, a unos 35 km del hotel. Las habitaciones están equipadas con baño privado con ducha, aseo independiente, secador de pelo, sábanas de baño y zapatillas. El hotel ofrece conexión Wi-Fi gratuita en las zonas comunes y aparcamiento. El uso de las camas existentes por menores de 18 años es gratuito y se permite una cama supletoria por habitación. El horario de entrada es de 14:00 a 23:59 y el de salida debe ser antes de las 12:00. Los huéspedes han elogiado la práctica ubicación del hotel, cerca de Nyaung Shwe, así como la profesionalidad del personal y la limpieza de las habitaciones.

El hotel es el fruto de un sueño realizado por un conductor de taxi shan originario de Nyaung Shwe: U Sao Win Maung Kyi (sai lone). Su proyecto de retorno al país se ha convertido en una especie de pequeña posada en la que todo el mundo es adorable y donde se sirven deliciosos zumos de fruta fresca al regreso de días agotantes. Revistas en inglés. Una agradable terraza donde se encuentran todos los invitados extranjeros.

Bungalows con tonos acidulados en un pequeño patio interior. Habitaciones recubiertas de madera. Un agradable restaurante, vistas a la vegetación. Una categoría clásica, en definitiva. Nada que decir.

¿Quién se esconde detrás del nombre de este hotel? La hija del chef que lo construyó (el hotel). Quizás el lugar le falta un poco de encanto, pero las habitaciones son espaciosas. Un consejo, si tus finanzas lo permiten, ofrece la suite de 70 US $, muy agradable con su pequeño salón. El restaurante sirve cocina china, local y europea.

Una casita con techo de paja donde el único balcón transversal permite acceder a las 7 habitaciones. Los lugares están limpios y cada habitación tiene agua caliente y ventilador. El magnífico jardín central permite desayunar.

El hotel se divide en dos partes, un edificio de tres plantas que alberga habitaciones bastante oscuras y frescas y bungalows coloridos. No hay verdadera diferencia entre la estándar y la superior, ambas equipadas con televisor, nevera y aire acondicionado. Este hotel sin encanto particular tiene la ventaja de estar cerca del embarcadero sin demasiado ruido.

Los lugares están limpios pero, sin duda, un poco frío. Situada al lado del embarcadero, las tarifas siguen siendo un poco altas para una guesthouse, bastante básica.

Pequeños espacios muy agradables para pasear, leer o discutir. Un desayuno muy bonito.