Jeune femme face à un paysage de rêve
Mujer joven ante un paisaje de ensueño © Tropical studio - Adobestock

Es posible proteger los parajes naturales cuando se viaja, siempre que se sigan unas cuantas normas básicas. Viajar no tiene por qué significar contaminación y destrucción de hábitats y lugares culturales, siempre que sigas estas medidas de buena conducta para un viaje ecológico.

1. No te dejes nada

Jeune femme ramassant des déchets sur la plage
Joven recogiendo basura en la playa © _KUBE_ - Adobestock

Cuando se viaja, ya sea en la ciudad o en la naturaleza, hay una regla de oro: no dejarse nada. Sin embargo, en la naturaleza no siempre hay papeleras. Por eso es buena idea llevar siempre una bolsa, preferiblemente reutilizable para reducir el consumo de plástico.

Algunas personas van incluso más allá y recogen la basura que encuentran a su paso, para dejar los parajes naturales y culturales aún más limpios de lo que los encontraron. Este enfoque se conoce como turismo regenerativo: tener un impacto positivo en el destino, en lugar de uno negativo o neutro. En este caso, además de una bolsa reutilizable, llévate un par de guantes para no mancharte las manos.

2. No te salgas de los senderos

Los senderos están ahí para ayudarte a proteger los parajes naturales cuando viajas, así que ¡utilízalos! Salirse de los caminos trillados significa pisotear ecosistemas enteros sin darse cuenta. Las plantas que pisas pueden ser raras y estar protegidas, puedes mover sin querer piedras que sirven de refugio a los animales y contribuir a la erosión de terrenos frágiles, es decir, a la degradación del suelo.

3. Evita las actividades que explotan a los animales

Famille d'éléphants
Familia de elefantes © - Adobestock

Paseos en elefante, sesiones de fotos con loros, dar de comer a cocodrilos... A los operadores turísticos no les faltan ideas para explotar a nuestros amigos los animales. Sin embargo, si quiere proteger los parajes naturales cuando viaja, es esencial evitar a toda costa estas actividades sin escrúpulos. Son perjudiciales para el bienestar animal, ya que los animales salvajes tienen que cohabitar con los humanos en condiciones especialmente estresantes. Muchos proveedores de servicios maltratan a sus animales alimentándolos mal, amansándolos con violencia o incluso administrándoles sedantes para hacerlos más dóciles. Esto a veces incluso contribuye al tráfico de animales y a la captura de especies que podrían estar protegidas. Incluso algunos santuarios que se anuncian como respetuosos con los animales pueden tener prácticas dudosas, por lo que lo ideal es evitar cualquier actividad con animales, a menos que estén en libertad. En este caso, para respetarlos, es importante no darles nunca de comer y mantener siempre las distancias.

4. No cojas ni muevas nada

En zonas naturales o históricas, es fácil caer en la tentación de llevarse algún recuerdo del viaje. En la naturaleza, coger una flor puede parecer inofensivo. Sin embargo, esto impide que la planta se reproduzca, aunque su especie esté protegida. Del mismo modo, para proteger los parajes naturales cuando se viaja, no hay que traerse conchas ni trozos de madera de la playa, que son hábitats de la fauna local.

5. Infórmese de las leyes antes de viajar

Antes incluso de llegar a tu destino, infórmate sobre sus leyes: muchos países y regiones han introducido normas para los viajeros con el fin de limitar el impacto negativo del turismo. Eslovenia, por ejemplo, prohíbe la acampada no autorizada para limitar la contaminación asociada a ella. Está prohibido dormir en furgoneta fuera de los campings y aparcamientos habilitados para ello.

Viajar a Venecia de otra forma y protegerla de los daños causados por el turismo de masas también es posible, siempre que se respeten las normas establecidas por la ciudad para los visitantes. Está prohibido bañarse en los canales, hacer picnic en el suelo o tirar basura al suelo. Desde el verano de 2024, Venecia ha puesto en marcha incluso un sistema de venta de entradas para limitar el turismo excesivo. Al igual que Venecia, muchos destinos turísticos han introducido normas para regular el turismo, como la prohibición de drones en zonas naturales sensibles para evitar molestar a la fauna.

6. Utilice productos respetuosos con el medio ambiente

Personne se mettant de la crème solaire
Persona aplicándose crema solar © Shopping King Louie - Adobestock

Proteger los parajes naturales cuando viajamos también afecta a los productos que consumimos, ya sean alimentos, cosméticos, ropa o cualquier otra cosa. Para reducir la huella de carbono, es esencial comprar productos locales. Además de apoyar la economía local, esto limita las emisiones asociadas al transporte de mercancías. También es importante utilizar productos respetuosos con el medio ambiente, sobre todo cremas solares que no dañen el fondo marino.

7. Viajar fuera de temporada

Viajar fuera de temporada permite repartir las presiones sobre un destino y, en particular, sobre los recursos naturales. Como la mayor parte del turismo se concentra en verano, los recursos energéticos, hídricos y alimentarios se ven gravemente afectados en esta época del año. El agua se ve especialmente afectada, ya que se consume en exceso precisamente en el momento en que escasea, es decir, en verano, cuando las sequías son frecuentes. Viajar fuera de temporada es, por tanto, una solución sencilla para reducir el impacto ecológico, pero también para practicar el slow travel, porque es entonces cuando se puede descubrir el destino de forma auténtica. Además de vigilar la temporada, también puede optar por destinos turísticos alejados del turismo de masas, para repartir geográficamente la presión sobre los recursos, pero también para participar en el desarrollo de estos lugares.

8. Elija alojamientos ecológicos

Tiny house, une maisonnette miniature
Casa diminuta © lowphoto - Adobestock

Cuando se viaja, el alojamiento turístico -ya sea un hotel, un piso o un alojamiento alternativo- es una de las mayores fuentes de contaminación. Entre la producción de residuos, el consumo de agua y electricidad, el transporte de alimentos, productos de limpieza no siempre muy ecológicos... El impacto medioambiental del alojamiento puede ser considerable. Elegir un alojamiento ecológico ayuda a proteger los parajes naturales durante el viaje. Para orientarse entre las distintas promesas de los hoteleros, nada como fiarse de las etiquetas de viaje sostenible. Garantizan que el establecimiento cumple un pliego de condiciones preciso para proteger el medio ambiente.

9. Participar en programas de restauración de hábitats

Durante su viaje, puede implicarse en asociaciones de restauración de diversos hábitats. Algunos programas, por ejemplo, le permitenplantar árboles para participar en la reforestación. Otros invitan a los turistas a replantar fragmentos de coral para regenerar los arrecifes. Hay muchas cosas que se pueden hacer in situ, basta con preguntar a las asociaciones locales.

10. Donar a una organización benéfica local

Además de voluntarios, las asociaciones locales suelen necesitar fondos para llevar a cabo su labor. Estas pequeñas asociaciones suelen tener mucha menos visibilidad, y por tanto menos donantes, que las grandes ONG internacionales, lo que les dificulta emprender distintos proyectos. Sobre el terreno, o de vuelta a casa, hacer donativos es por tanto una de las mejores formas de proteger su destino.