Dónde comer sobre la marcha Islas Anglonormandas

El Hungry Man es una pequeña celebridad local, si no una institución, que funciona desde 1957 en una hermosa y tranquila bahía (segura para el baño) con una vista sin obstáculos de Les Ecréhous primero y de Francia un poco más allá. Por lo demás, detrás de un escaparate muy colorido y sencillo (es casi un puesto) en el extremo norte del puerto de Rozel, se pueden degustar deliciosos bocadillos de cangrejo, hamburguesas bien elaboradas y deliciosos pasteles caseros. Bueno, abundante y barato, ¿qué más se puede pedir?

Fresco y barato: estas son las palabras clave de este pequeño y práctico establecimiento de la ciudad. Puede elegir entre sentarse en el interior (unas diez plazas, no más) o en las grandes mesas de madera de la terraza que da a la bahía de Saint-Aubin para comer al sol y disfrutar de una magnífica vista. En el plato, se puede elegir entre numerosas hamburguesas, sándwiches tostados, helados hechos con leche de Jersey, pasteles caseros... Nos encanta este pequeño establecimiento sin pretensiones

Jersey cuenta con una comunidad lusófona muy numerosa y, como tal, es natural que algunos restaurantes ofrezcan especialidades portuguesas. Es el caso de este pequeño snack bar donde la chef Maria ofrece -para llevar- especialidades inglesas y portuguesas. En particular, la Espetada, una especialidad de carne de vacuno que procede directamente de la isla de Madeira. Ideal para comer algo rápido (pero cuidado, las raciones son gigantescas), antes de dar un paseo por el parque Howard Davis, situado a sólo 300 metros.

En el corazón del pueblo de Gorey, The Kitchen es una dirección agradable, perfecta para tomarse un descanso y disfrutar de un sándwich -preparado por encargo-, un excelente desayuno o un trozo de tarta casera. Aquí, todo es británico Los sándwiches y los platos pequeños son realmente buenos. En una sala pequeña y acogedora, es por tanto un lugar ideal para reponer fuerzas y comer algo rápido antes o después de un paseo hasta el magnífico castillo que domina la bahía real de Grouville: el castillo de Mont Orgueil.

Es un lugar nuevo donde se puede tomar un café o un té sobre la marcha, así como bollería y dulces durante toda la mañana. Y a la hora de comer, los lugareños acuden en masa para disfrutar (en una de las mesitas de la terraza cuando hace buen tiempo) o llevarse un excelente bocadillo, una original hamburguesa, un panini o un wrap para darse un capricho rápido. También hay opciones para comer, con zumos de fruta fresca y productos ecológicos. En resumen, un pequeño rincón de La Colomberie que merece la pena visitar