Los mejores restaurantes irlandeses Irlanda

Situado en el primer piso de un edificio con carácter, este restaurante es un gran éxito. La filosofía del chef es simple: ofrecer la cocina tradicional irlandesa con su propio toque de modernidad, a un precio accesible para todos. ¡Una apuesta exitosa! Los platos son finos y sabrosos, preparados con algunos productos orgánicos. La comida se sirve en una bonita habitación con una decoración sobria y sofisticada. Entre las especialidades de la casa, podemos mencionar el pastel de pastoreo de cordero y el pastel de queso de vainilla. Una excelente dirección.

Un tradicional y pintoresco pub-restaurante a orillas de Lough Derg, que estamos orgullosos de compartir con usted. En efecto, una cosa es el entorno encantador (con esta casa de campo de 300 años de antigüedad), y otra el menú tan sabroso. El menú cambia con mucha regularidad, incluso a diario en temporada alta. Le recomendamos la tabla de quesos irlandeses, que incluye quesos de granja de Tipperary, servidos con una copa de oporto añejo si lo desea. Un lugar de gestión familiar que no debe perderse si está de paso.

Esta es la dirección estrella en Roscommon, dirigida por el matrimonio Gleeson, que se centra en la cocina casera y el abastecimiento local de calidad. Es un lugar estupendo para comer a cualquier hora, ya sea para un brunch, una comida sobre la marcha, una pausa gastronómica o simplemente un café con un buen detalle. El pan casero también es delicioso. La acogida es siempre agradable, eficaz y sonriente. Tenga en cuenta que el establecimiento también ofrece habitaciones muy elegantes en la primera planta de esta casa de pueblo del siglo XIX.

La familia Beshoff es originaria de Rusia y se instaló en Irlanda en 1913. Para los amantes del fish & chips, el Beshoff es una visita obligada en la capital irlandesa. Se han ideado muchas variaciones de la receta original, con una variada oferta de pescado fresco (bacalao, salmón, eglefino, raya), y también es posible comer (en el local o para llevar) hamburguesas de pollo o desayunos. La fachada del local tiene más encanto que el comedor en sí, que tiene más aire de cantina. ¡Pero siempre es un hervidero de actividad!