Es difícil visitar el país omitiendo La Habana. Como dicen los habana, "Cuba es La Habana, lo que cuestan. (Cuba, es La Habana, el resto es el paisaje)… Verdadero mito, la capital cubana mantiene su leyenda. La salida en 1997 del álbum Buena Vista Social Club y el éxito de las películas de Wim Wenders estimulan un poco más la imaginaria alrededor del destino. Desfasada y orgullosa, La Habana dispara sus sabores con generosidad. Recorrer sus calles es un poco deambular en el tiempo entre estas viejas figuras americanas de los años 1950 (Chevrolet, Pontiac, Buick) amarradas amablemente y vehículos franceses (Peugeot) o japoneses mucho más recientes. Bicicletas, coco taxis y tablas de ruedas se mezclan con la efervescencia de esta feliz desorden urbana. Una vuelta en la Habana Vieja y te estás sumergiendo en el mayor conjunto arquitectónico colonial de América Latina, inscrito en el patrimonio mundial de la Unesco y magníficamente restaurado desde hace más de veinte años. Sus iglesias barrocas, sus edificios platerescos españoles, sus palacios, sus plazas, sus edificios Art Nouveau o Art Decó son testimonio de un patrimonio único. Lejos de convertirse en museo, el barrio histórico vibra aún tiene una vida social auténtica: podrás ver a los aficionados al dominó jugando, instalados a la sombra en una acera, los niños y los adolescentes con uniforme, en camino a la escuela o a esas familias plantadas delante de la sacrosanta telenovela (serie) de la noche, ventanas y puertas grandes abiertas. En la esquina de una calle, algunos jóvenes se agrupan para una parte de béisbol improvisado, aquí también con grandes refuerzos, comentarios y risas. En Centro Habana, barrio popular por excelencia, los palacios suntuosos y decatis codean los edificios deteriorados sobre un fondo musical omnipresente, donde los decibelios se empujan como máximo: un hervidor muy latino…Teatro a cielo abierto, La Habana también está orientada al océano. Son Malecón, un paseo a orillas del mar, estirando sus kilómetros frente al estrecho de Florida. Este bulevar marítimo, que une el oeste y el este de la ciudad, se ha impuesto como uno de los puntos de referencia cardinales. Más lejos hacia el oeste, el Vedado y sus amplias avenidas orglares, inspiradas en los itinerarios urbanos norteamericanos, revelan una ciudad más moderna. Bonitas residencias e inmuebles, mucho menos estéticas, alternan sin gran coherencia arquitectónica. Pero la ampliación de las perspectivas y los numerosos espacios verdes mejoran el sentimiento de apertura. En lugar de los paneles publicitarios habituales, las consignas políticas son parte integrante de la decoración. La palabra Revolución se extiende en las paredes, al igual que los retratos del Che, cuyo recuerdo es omnipresente en todo el país. Algunos ejemplos de la actual frase:En mi casa, mando yo: En mi casa, soy el encargado.Patria o muerte: La Patria o la muerte.En cada una de ellas, Revolución: En cada barrio, la Revolución.Te salvarás: Yo seré fiel.100% Cubano: 100% Cubano.Ir al encuentro de una ciudad es también hacer el descubrimiento de un pueblo. Los Habaneros, los Habaneros, suelen demostrar una dignidad ejemplar y una alegría de vivir comunicativa. No se ofenda su familiaridad. Aquí la gente se tuñe, tiene edades y medios. Como maestros en el arte de iniciar la conversación, de saborear el placer compartido del juego, del baile y de la música, disfrutan del momento, en la medida de lo posible. Y la seducción, como en cualquier otro lugar, sigue siendo uno de los grandes asuntos nacionales. Todas las estratagemas son buenas para captar la mirada. Al caer el día, cuando la suave penumbra suaviza aún más los contornos de la ciudad y el calor es menos pesado, sólo te quedará disfrutar de la vida como va. Decididamente coloreada, al igual que todo el país, La Habana mezcla blancos, negros y meliás, que viven juntos en buena inteligencia en un mismo territorio. En este ámbito, los resultados obtenidos por la Revolución son bastante netos. Al racismo que predominaba hasta la década de 1950 sucedió una mezcla social inédita y fecunda, desgraciadamente a veces teñida de prejuicios sólidamente arraigados en las mentalidades. Recorrer La Habana y perderse al azar de las calles es también dar la vuelta a la postal oficial. Ninguna miseria salta a la vista, como en la mayoría de las grandes metrópolis suramericanas, no la sombra de un chabolo, pero las dificultades materiales son muy reales y el problema de la vivienda es recurrente desde hace décadas. Con más de 2 millones de habitantes, los Habaneros son de hecho estrechos. La llegada del turismo a mediados del decenio de 1990 y la afluencia de divisas también generaron grandes cambios. Las desigualdades anteriormente reducidas han aumentado. Combines, que se deslizan, hacen trucos, muestran un poco de ingenio para ganar unos pesos convertibles, o simplemente unir los dos extremos. Si La Habana sigue siendo una ciudad segura, se observa un recrudecimiento de los vuelos.

¿Qué visitar La Habana?

¿Cuándo ir La Habana?

¿Cuándo ir a La Habana? En julio y agosto, las temperaturas son cálidas y húmedas. También son las vacaciones de verano para los cubanos y para muchos de los turistas. Esto significa que hay mucho tráfico en las playas paradisíacas, en Santiago de Cuba y en la capital, donde se celebra el carnaval. Si decide descubrir la ciudad en esta época del año, debe saber que no será el único en disfrutar de la efervescencia estival La mejor época para visitar La Habana es de marzo a junio: aunque calurosa, las temperaturas de la ciudad son más agradables que en verano. Como norma general, evite el mes de octubre, cuando el riesgo de huracanes es mayor. La isla es azotada regularmente por tormentas en esta época. ¿Cuándo ir a La Habana? Diciembre y enero, inicio de la estación seca, son también épocas agradables, junto con la primavera.

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El tiempo durante el año

Cuba tiene dos estaciones: la seca, de diciembre a mayo, cuando las temperaturas de La Habana suben pero siguen siendo agradables, y la lluviosa, de junio a noviembre. Durante la estación lluviosa, el clima de La Habana se caracteriza por precipitaciones diarias cortas pero intensas, que suelen producirse a última hora de la tarde. Octubre se considera el mes de los ciclones, que pueden ser extremadamente devastadores.

Jan.
18° / 26°
Febr.
18° / 26°
Mzo.
19° / 27°
Abril.
21° / 29°
Mayo
22° / 30°
Jun.
23° / 31°
Jul.
24° / 32°
Ag.
24° / 32°
Sept.
24° / 31°
Oct.
23° / 29°
Nov.
21° / 27°
Diciembre.
19° / 26°
Presupuesto

El país vive bajo un régimen de doble moneda: el peso cubano (CUP) es la moneda nacional utilizada por los locales, y el peso cubano convertible (CUC) se crea para los turistas. Ésta es una de las razones por las que La Habana no es un destino barato. Con una excursión organizada, sólo tendrás que cubrir tus gastos personales (bebidas y recuerdos). El viajero individual, en cambio, tendrá que meter la mano en la cartera con regularidad. No olvide las propinas.

Formalidades

Para viajar a La Habana se requerirán dos documentos: un pasaporte válido y una tarjeta de turista (que es válida para un visado de entrada a La Habana y a Cuba en general). Esta última es emitida por las autoridades consulares cubanas en París, pero también puede obtenerse directamente en el aeropuerto de La Habana. Plan 22 €. Los operadores turísticos franceses autorizados también pueden venderlo por algunos euros más. Deberá presentar su pasaporte y billete de avión. Un certificado también debe certificar su reservación para las primeras dos noches en un hotel o una casa en particular. La tarjeta de turista tiene una validez de sólo un mes con la posibilidad de una prórroga de 30 días in situ, previa autorización de los servicios de inmigración cubanos y previo pago de 25 CUC (pesos convertibles).

Salud

No se requieren vacunas especiales para viajar a La Habana, salvo las habituales (difteria, tétanos, poliomielitis). Si procede de un país de África o América Latina donde hay fiebre amarilla, es posible que le pidan un certificado médico internacional que demuestre que se ha vacunado contra la fiebre amarilla en los últimos diez años. Se recomienda la vacuna contra la hepatitis A. El paludismo ya no existe en Cuba, pero los visitantes de La Habana deben protegerse de las picaduras de mosquito llevando ropa de manga larga y aplicándose repelente en la piel expuesta. En cuanto al agua potable, se recomienda beber agua embotellada y no directamente del grifo, ya que puede provocar complicaciones digestivas.

¿Cómo salir La Habana? Nuestros consejos y trucos

La Habana es una ciudad muy turística, por lo que hay muchos operadores turísticos que ofrecen excursiones. Generalmente, los viajes a Cuba se diseñan para grupos (pequeños o grandes) e incluyen vuelos, alojamiento, comidas y acceso a los principales lugares turísticos. También se planifican viajes temáticos según el calendario del año: cursos de salsa, maratón de La Habana, historia y patrimonio, gastronomía, etc.

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Desde Europa, un vuelo a La Habana no es barato, pero si se planifica con antelación se pueden encontrar billetes de ida y vuelta por 600 euros. Por lo demás, como en la mayoría de los viajes, planificarlos con antelación ayudará a evitar gastos innecesarios, sobre todo a la hora de reservar alojamiento. Los cubanos son muy amables y es muy fácil conocer gente en La Habana.

Para moverse por La Habana, el medio de transporte más importante es el coche. Aparte del centro de la ciudad, donde se puede circular muy bien a pie, para ir de un barrio a otro se pueden utilizar los servicios de taxis: taxis oficiales, taxis privados o taxis clandestinos. Los bicitaxis también son habituales en la capital, al igual que los cocotaxis, triciclos motorizados con un casco amarillo que recuerda a un coco.

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Fotos e imágenes La Habana

La ville nouvelle depuis le Castillo de los Tres Reyes del Morro. Henri Conodul - Iconotec
Capitolio Nacional (le Capitole national). Author's Image
La Havane. Kamira
Eglise de Jesus de Miramar, La Havane. Alxpin - iStockphoto

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