Lima

Es probablemente una de las plazas más bellas de Perú, donde, como suele ocurrir, se concentran las marcas del poder político y religioso (catedral, ayuntamiento y sede del gobierno). Es aquí donde Francisco Pizarro creó la ciudad dibujando un damero con su estoque para crear las calles. El palacio de gobierno se construyó sobre las ruinas de la casa de Tauli Chusco, cacique del Rímac; la catedral en el lugar del templo inca dedicado al puma; y el Cabildo, el consejo municipal, sustituyó a la casa de un enviado del Inca. La plaza fue el escenario de todos los acontecimientos políticos del país, empezando por el asesinato del fundador de la ciudad en las escaleras de su palacio. La plaza también se utilizaba como plaza de toros (la primera tuvo lugar en 1540) y ejecuciones públicas.

Todos los días, a las 12 del mediodía, la multitud se reúne en la puerta para ver el cambio de guardia al son de El cóndor pasa. Junto al palacio, la estatua ecuestre de Pizarro abarrota la pequeña plaza del mismo nombre. En la otra esquina, no hay que perderse la Casa del Oídor con su largo balcón verde, la casa más antigua de la plaza, y el Palacio Episcopal con sus balcones de madera tallada. Por otro lado, frente a la catedral, la Municipalidad, reconstruida en 1944 en estilo neocolonial, es un hermoso edificio con balcones de madera. Tiene un ambiente festivo popular y muchos actos folclóricos los fines de semana o durante los eventos nacionales.