Guía de viaje Pitesti

Probablemente por albergar una de las residencias de Elena Ceauşescu, la ciudad fue la primera del país (y durante mucho tiempo la única) en estar unida a Bucarest por una autopista, lo que facilitó los desplazamientos de la esposa del líder del país. La conocida como "ciudad de los tulipanes" dista mucho de ser la más bella del país. Con una población de 140.000 habitantes, es ante todo un importante nudo viario y ferroviario, así como un centro industrial y petroquímico, conocido sobre todo por las fábricas de Dacia, instaladas allí desde los años sesenta. Dicho esto, si tiene que hacer una parada en Piteşti, encontrará muchas cosas que le mantendrán ocupado durante unas horas. El centro comercial es animado y está lleno de flores. Piaţa Muntenia forma el corazón de la ciudad, atravesado por el bulevar Republicii (que va de norte a sur) y la Strada Victoriei, una vía comercial y peatonal. Este distrito central es una larga meseta peatonal rodeada de tiendas y bloques de ladrillo, entre los que destaca la inevitable y maciza Maison de la Culture. Aquí se encuentran fuentes, espacios verdes, terrazas de verano y esculturas de los años setenta. El edificio más notable es la principesca iglesia de San Jorge, toda de ladrillo, casi incongruente en este entorno de hormigón. Por último, Pitești es tristemente célebre por su prisión, donde, de 1949 a 1951, se llevaron a cabo terribles experimentos de reeducación mediante la tortura de opositores al régimen, conocidos como el "fenómeno Pitești".