Te sorprenderá la entrada a los Baguette d'Or. La decoración cuidada de tonos negros y negros da la bienvenida. Y el ambiente está aquí… también. El ambiente tamizado, el discreto personal, aunque a veces un poco lento, hace todo lo posible para aconsejar, servir y acoger. En el fondo del establecimiento hay grandes mesas disponibles para fiestas amistosas. Una bonita terraza aumenta el número de cubiertos, pero su situación en la acera, a pesar de los esfuerzos para hacerla más íntimo, es poco atractiva. El pollo, por ejemplo, se anuncia entre sí, la carne es de origen francés certificada. La carta es rica, casi demasiado, pero los preocupados agradecerán saber que el aceite de palma está prohibido. Lo que nos frena, seamos sinceros, son las tarifas poco competitivas de los restaurantes asiáticos. Pero es el precio de una calidad inigualable.
Enfin un vrai restaurant asiatique avec produits frais et plats bien faits.
Pour exemple, on ne parle pas de "bœuf aux oignons" mais de bavette d'aloyau émincée et le goût et la qualité du produit s'en ressent clairement.
Les entrées sont, elles aussi, faites maison.
Aucun fausse note pour nous sur ce repas. Merci.
Dans l'ensemble un bon resto eurasien .