Ofrece raviolis tradicionales, platos de cordero, hamburguesas indias, kebabs.
La decoración es un poco más sobria que la de los hermanos: joyas, un verdadero vestido afgano, alfombras colgadas en las paredes, ¡pero qué plato! El jefe es afgano y ha sido capaz de adaptar la cocina de su país al gusto francés sin distorsionarla. Bellamente presentadas, las especialidades incluyen verduras, hierbas, especias perfumadas, pero nunca agresivas. Las brochetas están perfectamente marinadas, las tortillas - khaguina - están aderezadas con brotes de cebolla y los tradicionales raviolis - ashak - se sirven con menta y yogur. Los platos, que son el orgullo de las ovejas, están bien servidos y acompañados de frutos secos, arroz o una tarta al estilo de los indios.
La cuisine est très bonne et raffinée
Le restaurant est chaleureux
Merci.