ESTADO NACIONAL DE MARLY LE ROI
El dominio nacional de Marly-Le-Roi estaba formado por un conjunto arquitectónico fragmentado
En 1670, Luis XIV comenzó a soñar con un castillo más íntimo, alejado de la grandeza y el esplendor de Versalles. Para este proyecto, eligió Marly y su valle boscoso. En la primavera de 1679, se inician las obras de construcción, inspiradas en las ideas del pintor Le Brun y, más tarde, en los planos de Hardouin-Mansart. Luis XIV visitó la finca por primera vez en 1684. A medida que avanzaba su reinado, ser invitado a una de las fiestas campestres de Marly se convirtió en el honor más codiciado. Aquí, la etiqueta se relajaba y el soberano podía ser visto de cerca. La finca está formada por un conjunto arquitectónico fragmentado: en el centro, el castillo real de planta cuadrada; en su extensión, 12 pabellones para invitados, con una sucesión de estanques; y el parque adornado con arboledas, esculturas y juegos de agua alimentados por la famosa Máquina. Luis XIV encontró en Marly un lugar predilecto para su pasión por la arquitectura y la oportunidad de crear un lugar ideal, más flexible que Versalles y su castillo preexistente. Bajo la Regencia, Marly estuvo a punto de desaparecer, pero el duque de Saint-Simon se opuso y ganó su caso. Luis XVI y María Antonieta fueron los últimos en alojarse allí y, tras la Revolución, la finca quedó abandonada. En 1879, un industrial lo compró e hizo demoler el castillo. Hoy sólo quedan el parque y el abrevadero, adornado con los famosos caballos esculpidos por Coustou. El museo a pie, situado cerca de la puerta real, recorre la historia de este castillo, desaparecido bajo el reinado del Rey Sol.
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Opiniones de los miembros sobre ESTADO NACIONAL DE MARLY LE ROI
Parc bien entretenu. Le musée est très intéressant concernant l'histoire du pavillon royal ou de la machine qui remontait l'eau de la seine sur un dénivelé de 120 mètres. Le personnel du musée est très agréable et fournit de nombreuses anecdotes ou informations sur les objets exposés.
Nous avons passé un bel après-midi.
Le seul bémol pour ce parc et à mon sens, un axe de progression est l'absence dans le parc d'un ou deux espaces de jeux pour les enfants (jeux classiques mais en bois, ou jeux pour faire découvrir l'histoire du parc de manière ludique et sur un mode terra aventura ou autre chasse aux trésors p.ex,).
Plusieurs options de promenades en partant dans la forêt, ou en serpentant sur les allées historique. Du dénivelé pour de la marche rapide ou pour ceux qui courent. De grande pelouse pour flâner ou pique-niquer. Des panneaux informatifs pour en apprendre un peu sur l'ancien château de villégiature de Louis XIV qui existait alors.
Beaucoup de potentiel pas encore mis en valeur.