Cambio de propietario en el Compot Saint-Michel. Sin embargo, no hay pánico, Señorías, porque el nuevo maestro del lugar ha optado por conservar el espíritu de esta bella dirección nanceana. Así, el ambiente bistró parisino es la misma, las vigas a la vista y las escaleras del siglo XV están siempre ahí y en la pared, la gran pizarra y el espejo sirven todavía de escribir en el menú y a la carta de vinos. En resumen, un ambiente auténtico, sin florituras, en la pura tradición de los trozos de la capital. ¿Y en el plato? Menos especias, pero igual de deliciosas. El nuevo chef propone cocina francesa tradicional, magret de pato salsa de picotas con riñones de ternera en el oporto, pasando por la red de bar de mantequilla blanca. Cuatro platos, cuatro entrantes, cuatro postres, todo es casero, con productos de temporada seleccionados con cuidado, precios idénticos a mediodía y por la noche, y una carta que cambia una vez a la semana. Mención especial a la hechicería a las fresas-¡una maravilla para nuestras papilas! - y al buen humor y consejos del servidor que contribuyen a hacer del Comptoir Saint Michel una dirección donde uno se siente bien. En resumen, se iba, se va y se vuelve.
C’est après que ça se gâte…
On nous mets gentilllement dehors 22h15 et nous allons boire un verre au bar juste en face.
Le patron se permet alors de rentrer (ou voler, c’est selon)mon vélo électrique parce que le patron considère que mon vélo est sur sa terrasse et qu’il gêne ( le vélo est garé à côté de sa terrasse de façon à ne gêner personne et que je puisse le surveiller pour ne pas me faire voler)
Réaction hystérique du patron quand j’essaie de lui expliquer pourquoi je me suis garé là pour venir manger dans SON restaurant…
Bref première et dernière fois.
Le restaurant est cosy et se situe dans un quartier très sympa .
Les ingrédients sont de qualités et locaux.
Le personnel est très agréable et le service impeccable.
Nous avons passé une agréable soirée et à refaire .
Attention mieux vaut réserver à l 'avance !