¿Y si hacemos un salto en el tiempo, en la época de Toulouse-Lautrec, para encontrar el Montmartre de principios de siglo? En este marco se han instalado, rue de la Piale, más abajo de la plaza Santa Cécile, al final de un pequeño pasaje, los encantadores propietarios del Espíritu du Moulin. Detrás de su pequeña puerta de madera descubrimos varias pequeñas salas con paredes de ladrillo, vigas negras en el techo, cortinas rojas y candelabros de plata colocados sobre elegantes manteles. El lugar es acogedor y la cocina deja entrever cosas bonitas. la promesa de una cocina llamada del mercado hecha de productos frescos para platos copiosos y sabrosos. Musla de pato confita o onglada de ternera, filete de dorada o escalope de salmón, los platos son clásicos pero logrados, el servicio un poco largo pero sonriente. Si te tomas el tiempo de un postre, elige el verdadero tiramisú en el café.
Tout ça dans la bonne humeur et avec de l humour
Bravo à toute l équipe et bonne année
Cuisine française traditionnelle avec assiette assez garnie.
Serveur sympathique et très actif.
Seule chose... ne pas être trop pressé car le service est un peu long...
Une pepite que je vous recommande