Establecimiento de estilo bistró que ofrece diversos platos de carne y pescado, acompañados de postres.
Ambiente de bistró para este establecimiento bien anclado en su barrio, a dos pasos de la plaza Canclaux. El exterior da ganas de entrar y el interior, con sus paredes de piedra y su sobria decoración vintage, da ganas de quedarse a sentarse en las mesas de formica. Nada ostentoso, todo es delicado y cálido. En cuanto a los platos, todo es casero, ¡incluido el pan! En el menú hay tres entrantes, tres platos de carne o pescado y tres postres. Como entrante, ¿quizá le tiente un huevo pasado por agua y jugo reducido de carne? A continuación, una sopa de boniato. Y para terminar, una selección de quesos de Lecoq y el crumble gourmet de pera y chocolate o el fromage blanc artesanal. Algunos platos de la carta completan la oferta, como el magret de pato o, para los vegetarianos, el cuscús vegetal con especias. Una cocina fresca, sobria e inventiva. Todo ello se puede degustar en el comedor, en la terraza o en la barra. Por la noche, déjese tentar por unas ostras, un foie gras o unas tapas. ¡Una dirección acogedora!