Deliciosa cocina local en un restaurante con terraza y patio, con un agradable ambiente de bistró, en Marsella.
En pocos años, el Palacio Longchamp se ha convertido en el lugar favorito de cierta juventud marsellesa, ofreciendo un ambiente de bistrot, amigable y de buen humor. Un agradable lugar de encuentro y un animado ambiente musical. Desgraciadamente, desde la primavera de 2020, el lugar ha sido renovado y ha perdido parte de su atractivo. El bar está ahora vacío, demasiado iluminado, y la atmósfera ha desaparecido. El único punto positivo: una terraza ahora, pero que también evita el calor de los días en que todos se paraban con sus bebidas en la acera. Al fondo, una pequeña habitación con vistas a un patio, muy agradable en verano cuando hace demasiado calor en el bulevar. El menú cambia cada mes, alternando entre 8 y 10 sugerencias. Productos frescos bien trabajados, ese es el secreto del chef. Una cocina local y sabrosa. A los postres tampoco les falta frescura. Los fines de semana hasta el mediodía, tenemos almuerzos en el Palacio Longchamp. Copioso y agradable.
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Ambiance très joyeuse, un peu bruyante malgré les systèmes veillant à minimiser le bruit. Peut-être pas pour ceux qui recherchent un repas au calme...
En tout cas, un excellent moment pour nous et on en redemande !
D'abord avec un thé vert et chocolat chaud parfait puis des panisses qu'on a adoré, ce qui m'a permis de faire découvrir à mon amie touriste une spécialité du coin.
Très bon déjeuner avec un tartare de bœuf très bien assaisonné et des frites délicieuses ! De très belles portions qui nous ont comblées.
Puis c'est sans oublier le service parfait, les deux personnes qui se sont occupées de nous étaient très accueillantes, nous ont mis à l'aise et permis de passer un excellent moment
(Surtout avec leur humour et leur répartie qui nous a donné le sourire, promis on finira notre salade la prochaine fois)