JARDÍN DE BALATA

****Un paseo por la tierra del paraíso recobrado:
Reino de árboles, flores y colibríes, el jardín de Balata es un lugar mágico donde reina la naturaleza. Hay que entrar en él para sentir el torrente de impresiones infinitas que invade de repente al visitante.

Diseñado como una obra de arte con paciencia y ternura, el jardín ofrece toda la poesía de una tierra donde las plantas evolucionan en una armoniosa mezcla de colores y aromas. Es un lugar donde la vida recobra su sentido y para descubrirlo basta con tomar la Route de la Trace que une la capital con Morne Rouge.
Cascadas de sensualidad
La entrada bordeada de alpinias conduce a una antigua casita criolla de madera con un encanto especial por la elegancia de su tejado en pagoda. En el interior, muebles antiguos y grabados recuerdan la vida de antaño. Lejos de ser un sitio estrictamente trazado donde las variedades se acumulan y respetan un orden riguroso, el jardín de Balata es una secuencia de atmósferas diversas y poéticas.



***La visita está concebida como un paseo colorido y sombreado a través de un morne:
El itinerario comienza por el callejón de las cycas y conduce a una colección de Bromeliáceas, plantas epífitas que crecen tanto en el suelo como sobre un soporte natural. Originarias principalmente de América Central y del Sur, nos ofrecen flores que pueden alcanzar de 5 a 6 metros de altura en diversos tonos de verde, rosa o incluso azul.

Más adelante, una higuera estranguladora ha encerrado en sus raíces un cocotero que hoy apenas es visible. Bajando hacia un estanque donde jacintos de agua y lotos compiten en elegancia a la sombra de palmeras reales, el visitante pasa junto a un árbol de queso.

A continuación, el paseo continúa por el bosquecillo de bambúes, que en realidad es una sola mata de Dandrocalamus, el bambú más grande del mundo, procedente de un esqueje traído de Guyana hace 10 años por Jean Philippe Thoze.

Otro lugar sorprendente, el pasaje bajo el Pandanus. Este arbusto de frágiles ramas emite naturalmente hacia el suelo suficientes raíces para compensar el considerable peso de sus hojas. Por todo el jardín emana el perfume de las rosas de porcelana, los anturios, las begonias, las colmenas, los hibiscos, las heliconias y las orquídeas.


***Una promesa de momentos de serenidad y plenitud:
Esta visita hará las delicias de los amantes de la naturaleza.
La inmensa diversidad de especies y la sucesión de ambientes coloridos confieren al lugar toda la poesía y la tranquilidad de este jardín tropical con encantadoras vistas a los Pitons du Carbet o a las Anses d'Arlet y el Cap Salomon.

El diseñador de este cuadro idílico es sin duda un artista. ¡Alegrémonos! Está trabajando en la rehabilitación de la Habitation Anse Latouche para crear otro... jardín extraordinario.