KALASASAYA

Corazón religioso y antigua residencia de los emperadores soberanos, es el monumento más impresionante del complejo de Tiwanaku. Se trata de un templo abierto formado por una plataforma baja de 120 por 130 metros, rodeada de muros de piedra con gárgolas para drenar el agua de lluvia. Alberga tres importantes estructuras: el Monolito Fraile, el Monolito Ponce y la Puerta del Sol. Esta es su oportunidad de vivir una experiencia divertida. Camine en paralelo a la muralla interior de Kalasasaya. Antes de llegar a la Puerta del Sol, detente en los agujeros de 1 m de altura. Pide a tu amigo que camine 20m más allá del Monolito Fraile hasta el otro agujero y cuando le des la señal pídele que hable en voz baja. ¡Oh milagro! Oyes todo lo que dice perfectamente. Este amplificador de piedra es probablemente un artilugio que los Tiwanakotas inventaron con fines ceremoniales. Demuestra el estado relativamente avanzado de esta civilización en el campo técnico.

Monolito del Fraile. Esta estela de 3 metros de altura tallada en arenisca representa una figura que porta k'erus (vasijas ceremoniales). Se puede observar que su mano derecha tiene los dedos girados al revés. En sus caderas se puede ver una banda decorada con cangrejos (muchos lo consideran el dios del agua).

Monolito de Ponce. Situado en el centro del templo y desenterrado por el arqueólogo del mismo nombre, este monolito, que se asemeja a un moai de la isla de Pascua, representa supuestamente a un sacerdote en su traje ceremonial. Admire los finos grabados iconográficos, la diadema que lleva en la cabeza y que pudo utilizarse para provocar deformaciones craneales, una tablilla en la mano derecha y un k'eru en la izquierda.

Puerta del Sol. En el extremo noroeste de la ciudad se encuentra el símbolo por excelencia de Tiwanaku: La Puerta del Sol. Sobre ella aparece Viracocha, dios supremo de las civilizaciones tiwanacota e inca, acompañado de hombres con cabezas de puma, pez y cóndor. La puerta fue tallada en un bloque de andesita de 10 toneladas, que medía 3 metros de alto y 4 de ancho. El conquistador Pedro de Cieza de Léon, en su relato del descubrimiento del yacimiento en el siglo ^XVI, se lamentaba: "La obra es de una grandeza y magnificencia notables, cuando uno reflexiona sobre ella. Yo, por mi parte, no comprendo con qué instrumentos pudo realizarse Incluso hoy en día, nadie sabe cómo los artesanos Tiwanakota lograron realizar un trabajo tan preciso sin el beneficio de las técnicas y herramientas modernas.