Guía de viaje Guet-Ndar

Al otro lado del puente de Ndar, Guet-Ndar rebosa actividad. Nada más cruzarlo, se percibe la actividad, y quizá a veces cierta agresividad, a no ser que sea fruto de su reputación. Guet-Ndar no es el más limpio de los lugares, y la concentración de humanidad a menudo asusta. Sin embargo, detrás de la insalubridad y la pobreza que se exhiben, al otro lado, hay niños jugando y carruajes tirados por caballos llenos de preciado pescado, coloridas piraguas, callejuelas arenosas y mezquitas improvisadas. Guet-Ndar también está sorprendentemente organizada. La industria pesquera, con sus normas y contactos. Al amanecer, los pescadores se embarcan para cruzar la barra, un ejercicio peligroso y acrobático. Al amanecer, todo Guet-Ndar acude a aliviarse en la playa. En este esquema repetido mil veces, los turistas suelen desembarcar después de la última etapa. Elija bien la hora. Si es usted trasnochador, debe saber que el regreso de la pesca al atardecer tampoco está mal, pero sin la magia de cruzar la barra hacia mar abierto. Un poco más al sur, el cementerio musulmán de pescadores se alza sobre una colina, un montón poco sofisticado de tumbas y postes cubiertos de redes. Pero con la invasión del océano, Guet-Ndar está amenazada de extinción, ya que asiste impotente a la destrucción periódica de sus hogares. Poco a poco, las autoridades están reubicando a las familias en Bango, un pueblo situado a unos diez kilómetros de su lugar de trabajo.