FaBRICA DE TABACOS PARTAGÁS
Fundada en 1845, es una de las fábricas más antiguas de la capital, donde la producción nunca se ha interrumpido. Lamentablemente, las instalaciones que tendrá la oportunidad de visitar no son las históricas de la fábrica. El espacio está siendo renovado para convertirlo en un museo del tabaco (Calle Industria, 520), y aunque el nuevo y más moderno emplazamiento no tenga el escenario histórico, el espectáculo de la elaboración de puros permanece inalterado, y lo ha hecho durante más de un siglo y medio (la fábrica se fundó en 1845). Los 700 empleados escuchan todas las mañanas un discurso político de 45 minutos, y por la tarde les leen artículos de prensa y capítulos de una novela. La lectura a los trabajadores se remonta a finales del siglo XIX, y títulos de novelas de éxito se han convertido en los nombres de famosas marcas de puros, como Montecristo (Alexandre Dumas) o Romeo y Julieta (Shakespeare). Más allá de la anécdota, uno se asombra de la agilidad manual de los tabaqueros. Cada trabajo tiene su propia especialidad, y la cadena de trabajo está bien engrasada El paso fundamental -y más impresionante- en la elaboración de un puro es la operación que consiste en seleccionar las hojas, enrollarlas y cortarlas. Los torcedores experimentados, que realizan este trabajo a una velocidad demencial, consiguen rodar entre 120 y 150 habaneras al día. ¡Un gran arte!