Esta es la primera aldea que el N2 cruza después de las tierras hostiles de Burnt Country. Vivimos aquí cerca del volcán, que nunca duerme muy profundamente. Casi quemó el encantador pueblo de Bois-Blanc en 2002. El colorido bosque de madera de esta aldea crece en los antiguos flujos de lava. Pero en 1952, la explotación de esta rara madera (blanca) llevó a su casi extinción. Hoy en día, el bosque está preservado. Puedes visitarlo con un guía. Desde Bois-Blanc, también puede tomar la D57 y explorar las alturas de Sainte-Rose: el bosque de Mourouvin, el Brûlé-Mourouval, entremezclado con flujos de lava más o menos antiguos.

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