RESIDENCIA DEL CÓNSUL BRITÁNICO

Entre el puerto y el mar, en lo alto de una colina con una magnífica vista de 180 grados, esta majestuosa residencia de ladrillos del siglo XIX se ha transformado en un museo de la presencia diplomática británica, un tema importante para Taiwán, que permanece diplomáticamente aislada. Para ser visto, aunque sólo sea por la vista y los alrededores. Toda la zona ha sido recientemente renovada, con cafeterías, algunas tiendas y una pasarela que atraviesa una parte del puerto.