TEMPLO DE POSEIDÓN
Desde la roca donde se levanta este espléndido templo dedicado a Poseidón, vigilando el profundo mar azul, la puesta de sol es hechizante.
Este templo dedicado a Poseidón, dios del mar y protector de los marineros, es un monumento impresionante. Desde su peñasco preside, dominando, al sur, la isla de Makrónisos detrás de la que se esconde la isla de Ceos (la primera de las Cícladas) y, al oeste, el golfo Sarónico. El sitio ejerce una magia a la que nadie se resiste. En el atardecer, las esveltas columnas del templo se envuelven en un velo rosa malva y, viendo a lo lejos los barcos de camino a las islas encender sus luces, el viajero se siente una alma errante.
Historia del yacimiento. Este lugar tan particular ya era en los tiempos de Homero un peñasco sagrado que albergaba dos santuarios. Uno estaba dedicado a Poseidón y el otro, a Atenea. Así, las dos divinidades que antes se enfrentaron por la supremacía de Atenas vivían juntas en armonía en este promontorio aislado. Estos santuarios ya eran importantes en el siglo VI a. C., como demuestran los numerosos fragmentos de kuros encontrados, actualmente expuestos en el Museo Arqueológico Nacional, y que se han identificado como una ofrenda a las divinidades.
Hacia el 440 a. C., el santuario de toba de Poseidón, que fue destruido por los persas en el 480 a. C., fue sustituido por un templo períptero dórico de mármol. Menos de un siglo después, los atenienses construyeron en el marco de la guerra del Peloponeso un enorme recinto que rodeaba el templo. Esto debía permitir garantizar la seguridad de las naves atenienses cargadas de trigo. Súnion era entonces una de las plazas de armas del Ática, que albergaba una guarnición permanentemente.
Lo que dice la leyenda. La mitología cuenta que un día los dioses del Olimpo decidieron elegir a la persona que protegería la ciudad. Atenea creó el olivo como símbolo de paz. Poseidón rompió una roca con su famoso tridente, y del peñasco roto brotó una fuente de agua. Fue elegida Atenea porque las mujeres de la asamblea, mayoritarias, la siguieron. Poseidón, celoso y decidido a vengarse, solo se calmó cuando Zeus le prometió un templo en su honor… en Súnion. El templo de Atenea se encuentra a 500 metros en la colina al noreste del de Poseidón.
Visita del yacimiento. A la izquierda de la entrada del yacimiento, subiendo, se encuentran los vestigios de las torres de la fortaleza construida en el 412 a. C. También se ven los restos de un granero o de un arsenal. Se sube hasta el templo donde se encuentran dos propileos parcialmente conservados. Se conservan los pilares centrales que inicialmente eran de toba antes de estar recubiertos de mármol. En el centro de las escaleras observará los restos de una rampa para carros. El templo dórico estaba formado por seis columnas en la fachada y trece columnas en los lados. Presenta varias similitudes con el Hefestión del ágora de Atenas. Los frisos esculpidos representaban combates de centauros, escenas de la gigantomaquia y las hazañas de Teseo. Varios peregrinos románticos han querido dejar en la piedra un rastro de su paso, y así se puede ver grabado, entre otros nombres, el de Byron.
Arrivé sur zone le temple domine la mer depuis son promontoire. L'édifice est assez bien conservé et on imagine aisément à quoi il devait ressembler lorsqu'il était en parfait état!
N'hésitez pas à descendre en contrebas du temple, d'autres points de vues sur l'édifice et les environs valent vraiment le coup d'oeil!