CONVENTO DE CRISTO
Fortaleza-monasterio que retraza la historia de los Templarios donde se pueden visitar los claustros y la capilla octogonal de estilo bizantino.
Uno de los edificios más extraordinarios del país... que no debe perderse si visita Tomar. Construido entre los siglos XIII y XVII por el cruzado portugués Gualdim Pais, esta fortaleza-monasterio, Patrimonio Mundial de la UNESCO, es un auténtico libro de piedra de la historia de los templarios. El convento de la Orden de Cristo se construyó durante la Reconquista, principalmente para defender el flamante reino cristiano de la invasión de los moros. Los cronistas cristianos cuentan un episodio en el que el califa bereber Abu Yusuf Yaqub (conocido como "al-Mansur", el victorioso, por sus proezas militares en Toledo y Madrid), tras haber derrotado varias fortalezas portuguesas en el sur del país, no logró tomar el reciente convento de la Orden de Cristo. Una placa conmemorativa permanece en la entrada del castillo. En su interior, encontrará magníficas obras de diversas escuelas arquitectónicas: románico, gótico, manuelino y renacentista.
La visita comienza por los dos claustros del Cementerio y del Lavado (hay siete en total), contiguos a lo que fue el castillo templario. A continuación, llegamos a la parte más sagrada y original del Convento: la Charola, situada detrás de la sacristía nueva, es una extraña y magnífica capilla octogonal de estilo bizantino oriental. Todo es de oro, decorado con preciosos frescos del siglo XIII. Representan las batallas templarias, Jerusalén y las Cruzadas. Frente a usted, la sala capitular está adornada con dos ventanas. Desde el exterior, estas increíbles "janelas manuelinas" son ejemplos de este singular estilo arquitectónico portugués, talladas en piedra con múltiples motivos (cuerdas, peces, animales marinos míticos...). En su interior, se asoman al Claustro de Santa Bárbara y al Claustro Principal. El Claustro Principal es el más macizo de todo el edificio, con tres plantas. Tras él, las capillas inacabadas recrean la atmósfera romántica de un cuadro del siglo XIX.
Tras los interminables corredores de los dos cruzeros se encuentra la parte occidental del complejo, con el Claustro de los Cuervos y su acueducto y, por último, el Claustro de la Micha, al que se adosan lassalas de reunión templarias (salas de las Cortes). En el sótano se encuentran las estructuras seculares del monumento: las cocinas, el gigantesco horno y las letrinas medievales. Si aún no se ha perdido y le quedan fuerzas para visitar otro edificio, haga una visita rápida al enorme Claustro de la Hospedería antes de marcharse.
Le meilleur souvenir de mon circuit des monastères !
Une succession de cloitres, des galeries à se perdre et surtout la Rotonda ! Lieu magique qui semble sorti d'un film "fantasia" : statues de chevaliers grandeurs nature, polychromies, retables dorés ...
Incroyable !
A surtout ne pas manquer !!