MUSEO NACIONAL DE BOSNIA y HERZEGOVINA (ZEMALJSKI MUZEJ BOSNE I HERCEGOVINA)

Es el museo más grande y antiguo del país.

El edificio. Concebido en 1850 por los otomanos, el museo fue finalmente creado en 1888, diez años después de la toma de control del país por el imperio austrohúngaro. En 1913, se amplió y transformó en estilo renacentista por el arquitecto checo Karel Pařík (1857-1942) a quien se deben varios grandes edificios de la ciudad (Biblioteca Nacional, sinagoga askenazí, Academia de Bellas Artes, Grand Hotel…). Creado con el fin de aumentar el nivel cultural de la población, el museo fue progresivamente dotado de departamentos de historia natural, arqueología, etnología y una biblioteca. Su papel preponderante en el conocimiento de la cultura del país fue reafirmado durante el período comunista con el desarrollo de sus colecciones, la organización de simposios y numerosas publicaciones. Durante el asedio de la ciudad, su director fue asesinado cuando evacuaba una parte de las colecciones, algunas piezas se perdieron o sufrieron daños y el propio edificio se vio afectado considerablemente. Pero la mayor parte de las colecciones fueron puestas a salvo. El museo fue reabierto gradualmente algunos días al año después de la guerra con el apoyo de numerosas instituciones, como la Unesco, el Museo Nacional de Zúrich, la Asociación de museos suizos, etc.

Las colecciones. A Karel Pařík se debe la estructura actual del museo, dividida en cuatro edificios que acogen cada uno un departamento: Arqueología, Etnología, Historia Natural y Biblioteca. El departamento de Arqueología alberga una gran parte de los descubrimientos realizados en la región y los objetos más preciados de diferentes lugares del país, que cubren un periodo que va desde la Edad de Piedra a la Edad Media, con la pieza maestra del museo, la Hagadá de Sarajevo (leer más abajo). También se conservan todos los descubrimientos del yacimiento de Butmir (en las afueras, al oeste de Sarajevo), conocidos por pertenecer a la Cultura de Butmir (siglos VIII-VI a.C.). El departamento de Etnología cuenta con la colección más rica de ropa tradicional y objetos cotidianos del país. Parte de ellos se exponen en el marco de la reconstitución de una casa tradicional bosnia del siglo XIX. El departamento de Historia Natural posee una colección de 2 millones de muestras de especies animales y vegetales catalogadas en Bosnia y Herzegovina con un jardín botánico. Por último, la Biblioteca tiene 160.000 libros y 250.000 periódicos científicos. Es la biblioteca científica más importante del país.

La Hagadá de Sarajevo. El departamento de Arqueología del Museo Nacional alberga uno de los libros más valiosos del mundo. Se trata de un manuscrito en hebreo que contiene un texto de la Hagadá, es decir, el relato (haggada en hebreo) del exilio de los judíos de Egipto, leído tradicionalmente con ocasión de la Pascua judía (Pessa'h). Aunque hay varios haggadot (plural de haggada) conocidos, como la Hagadá dorada, probablemente realizada en Cataluña (siglo XIX), la de Sarajevo es una de las más antiguas y de las más ricamente decoradas. El manuscrito contiene 142 páginas: las 40 primeras se ilustran con 69 miniaturas de escenas de la Torah, el resto del libro, que contiene el texto litúrgico, presenta palabras iluminadas, pero no ilustración. Data del siglo XIV y se habría hecho para una rica familia judía del reino de Aragón. De hecho, no se conoce la fecha exacta de fabricación del manuscrito ni su lugar preciso. Se trata quizás de un regalo de boda que reúne a dos familias cuyos escudos de armas están representados en la obra. Después, la obra sigue el camino errante de los judíos expulsados de España por la Inquisición en 1492. Primero encontramos el rastro en el norte de Italia a principios del siglo XVII. La Hagadá reaparece en Sarajevo en 1898 cuando un llamado Josef Cohen propone cederlo a la asociación cultural judía La Benevolencia. Se rechaza la compra porque el precio se considera demasiado alto, pero el libro es finalmente adquirido por el Museo Nacional, que lo conserva desde entonces. Su historia está cargada de símbolos. Su recorrido evoca la llegada de los primeros judíos sefardíes a Bosnia recibidos por los otomanos para escapar de las persecuciones. Recuerda también los estrechos vínculos entre comunidades de Sarajevo, ya que la Hagadá fue salvada por un musulmán durante la Segunda Guerra Mundial. Considerada demasiado valiosa, casi nunca se ha exhibido en público, solo con ocasión de exposiciones o fiestas judías. Hasta 2002, cuando se acondiciona una sala especial para poder exponerla sin riesgo.