PARQUE ARQUEOLÓGICO DE HILI
Parque que contiene 12 tumbas de la Edad de Bronce, una torre circular, un pozo, una necrópolis circular y un jardín neolítico.
Un poco aislado de otros sitios culturales; a los aficionados a la arqueología les gustará. El parque contiene parte de una necrópolis de doce tumbas de la Edad de Bronce (2500-2000 a.C.), concretamente los restos de dos torres y dos tumbas. El resto no está abierto al público. En aquella época, los aldeanos construían casas de barro y enterraban a sus muertos en tumbas comunales, circulares y de piedra.
Hili 1: una antigua torre circular de varios metros de altura. Los muros, de casi 3 metros de grosor, eran de barro y albergaban varias habitaciones y un pozo en el centro. Han desaparecido y sólo quedan los cimientos.
Hili 10: Este sitio se encuentra cerca de la entrada del parque. También se descubrió un pozo en el centro de las ruinas. Un equipo francés descubrió un tercer edificio situado al suroeste, fuera del jardín.
La soberbia tumba de Hili: una pequeña necrópolis circular que contenía varios centenares de cuerpos cuyos esqueletos no se encuentran. Utilizado durante un periodo de doscientos a trescientos años, tiene dos entradas. La entrada norte está decorada con tres escenas, apenas visibles. El primero, justo encima de la apertura, representa a un hombre montado en un animal mientras otros compañeros le siguen a pie. A la derecha, dos individuos se abrazan. Por último, en el fondo de la abertura, apenas se distinguen dos animales, probablemente leopardos, que evidentemente devoran un oryx o una gacela. La puerta sur está decorada con dos orix enfrentados. Originalmente, las aberturas estaban bloqueadas por piedras que se podían mover.
Tumba N: Muy cerca de la tumba grande, se trata de una nueva tumba circular, que contiene seis cámaras. Los arqueólogos encontraron 110.000 huesos humanos pertenecientes a más de setecientos cuerpos, entre los que se encontraban hombres, mujeres y niños de todas las edades que también murieron a lo largo de dos siglos. La investigación descubrió que la mayoría había muerto por causas naturales entre los veinte y los treinta años, pero otros eran también mucho mayores. Los arqueólogos creen que los huesos de la gran tumba pueden haber sido trasladados aquí. Un gran número de objetos, entre los que se incluyen cerámicas de Pakistán y Afganistán, cerámica local, ornamentos y vasijas de piedra, hacen de esta tumba un lugar extraordinario.
El jardín neolítico está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2011.