He aquí un itinerario para explorar los palmerales de Al Aïn y los fuertes y torres que se esconden en ellos. Nuestro punto de partida es el Fuerte Jahili, con el contador a cero. Para conocer los horarios, consulte cada establecimiento.

A 1,6 km aproximadamente, se alza el palacio del jeque Zayed, con sus modestas fachadas frente al palmeral de Al Aïn (calle Al Aïn). El jeque Zayed vivió aquí desde que se terminó de construir en 1937 hasta 1966. Espléndidamente restaurado, este palacio del desierto ofrece una visión del sencillo estilo de vida del joven gobernador. Empezando por la derecha (ver mapa), puede pasear de patio en patio, de las habitaciones a los distintos majlis. Eche un vistazo a las dos escuelas, la coránica a un lado y la fundamental al otro. En esta última hay una reproducción de un antiguo mapa francés que muestra "Banc où l'on pêche les perles" (banco donde se pescan las perlas ) y " Désert sans eau et sans habitations" (desierto sin agua ni viviendas). Hay un interesante árbol genealógico de la familia Al Nahyan, con sus retratos, entre ellos, inmediatamente a la izquierda de la puerta, el de Zayed Bin Khalifa (1855-1909), capitán del fuerte Jahili, que tuvo el valor de autorizar a la marina francesa a hacer escalas en el puerto en contra del consejo de los ingleses. En medio del patio, una antediluviana camioneta Land Rover. Hay que darse cuenta de que este palacio seguía ocupado mientras se ponían los cimientos del histórico hotel Hilton, a tan sólo unos kilómetros

Nada más salir del museo, vuelva al coche y tome la primera calle a la derecha para entrar en el palmeral. Unos metros más adelante, encontrará la entrada y un aparcamiento. Puede optar por visitar el palmeral a pie, alquilando una bicicleta familiar de 4 plazas o tomando uno de los carritos con guía. De un kilómetro de largo, este pulmón de 147.000 datileros centenarios está regado por el falaj, conocido como foggaras en el norte de África. Es una delicia pasear por las calles empedradas, o a pie, en este mundo verde y dorado, fresco y relajante. De camino al antiguo museo de Al Ain, cerrado por restauración, justo antes de la puerta, se pueden comprar unos dátiles en el último jardín a la derecha antes de la salida.

Si sale del oasis en dirección al museo de Al Ain, encontrará el Fuerte del Sultán (calle Zayed Bin Sultan), también conocido como Fuerte Oriental, construido en 1910, justo al lado del edificio. El jeque Sultán Bin Zayed, conocido como Zayed el Grande, padre del Padre de la Nación, vivió aquí hasta 1922. Tres torres dominan sus merlones triangulares atravesados por matacanes.

Ahora diríjase hacia el norte, para llegar a 5 km del palmeral de Al Jimi, al que preferirá acercarse por su entrada oriental (calle Mohammed Bin Khalifa). Gire a la izquierda en la callejuela que cruza los oasis de Jimi y Qattara, e inmediatamente después a la izquierda para entrar en el territorio de Jimi, el de la antigua familia Al Dhaheri. El laberinto de callejuelas entre las palmeras datileras es imposible de describir, así que desvíese unos minutos por los caminos aleatorios y acabará divisando, al borde de los árboles, el orgulloso perfil de la casa fortificada del jeque Ahmad Bin Hilal Al Dhaheri, que data de ^{mediados del siglo XIX}, no lejos de la torre de 14 metros de altura construida por el que entonces era representante permanente del gobierno central de Abu Dhabi. En el centro del palmeral, también encontrará dos soberbios fuertes (con puertas de madera tallada) en medio de las plantaciones. Al Jimi, con sus hombres trabajando bajo las palmeras datileras, sus zonas ajardinadas y su nivel de restauración, es en nuestra opinión el destino más interesante, y por tanto el que hay que tener en cuenta si sólo se hace una visita.

Retomamos la carretera asfaltada que serpentea entre Jimi y Qattara (a 5,6 km de Jahili) para llegar a Qattara, donde se descubrió la tumba alargada ^(II milenio) mencionada durante nuestra visita al museo. Son visibles varias torres de adobe, vestigios de lo que fue un mercado y el fuerte de Al Qattara, que recientemente albergó el Centro de Artes de la Autoridad del Patrimonio de Adach. Siga hasta el asfalto central y gire a la derecha hacia Heritage Village, una buena parada para almorzar. Desde aquí, hay un paseo de 5 minutos hasta la Casa Bin Fudhaid Al Darmaki. Lo más fácil es pedir indicaciones al guarda. Otro paseo de 15 minutos le llevará hasta los restos de la mezquita de Abdullah Bin Salem Al Darmaki y los cimientos de la casa patricia perteneciente a esta gran familia.

Saliendo de Qattara por la calle Al Nakhal hacia el oeste, caminamos hacia el norte por la calle Al Baladiah hacia la derecha durante unos cientos de metros, para ver la entrada a un jardín público al otro lado de la carretera (puede que tenga que dar la vuelta para aparcar). Reservado para mujeres, se puede pedir permiso al cuidador para echar un vistazo rápido al valioso patrimonio que contiene. En el otro extremo del parque está el fuerte Murayjib, que albergó al jeque Shakhbut Bin Dhiab, a sus hombres y a su corte desde el momento en que se construyó en 1816. Hay una torre de vigilancia en la parte delantera del edificio. Estamos ante uno de los edificios más antiguos del emirato, imagen de un poder que se asentaba: en esta fecha, los Bani Yas vivían principalmente en Liwa, mantenían un puesto avanzado en la costa de Abu Dhabi y se asentaban aquí, en el perímetro de Qattara.

Por la calle Bani Yas a la derecha en dirección este, y luego por la calle Al Falah a la izquierda en dirección norte, se llega al palmeral más septentrional de Al Aïn al cabo de unos 4 km. Nada más acercarse a Al Hili (a 9 km de Jahili), aparece a la derecha un bonito fuerte almenado acariciado por palmeras. Entre en coche por el camino que bordea sus murallas y conduzca bajo el verde dosel.

Desde aquí, se sale al asfalto de la calle Al Athar, luego se gira a la derecha hacia el este para acercarse a las torres gemelas, conocidas como las Torres de Vigilancia de Hili, sobre un montículo artificial. Una circular (Seebat Khalifa) y la otra cuadrangular, basadas en el modelo más masivo utilizado en Fort Murabba, se construyeron durante los primeros años del gobierno de Zayed, después de 1946, para vigilar a los atacantes, especialmente a los saudíes que intentaban erigirse en autoridad regional.

Continuemos unos instantes por la calle Al Athar y crucemos la siguiente rotonda para entrar (a 11 km de Jahili) en el parque arqueológico de Hili, una de las excavaciones más renombradas de Oriente Próximo. Fue aquí donde equipos daneses, iraquíes, emiratíes y franceses desenterraron los restos de numerosos edificios que datan del ^III milenio antes de Cristo. Tras el periodo hafítico (las tumbas de Jebel Hafeet), la cultura Umm an Nar -que toma su nombre de la isla cercana a Yas donde se hallaron hitos de este periodo- vio aparecer estas tumbas circulares de piedras encajadas durante la Edad del Bronce. Fechadas entre el 2500 y el 2000 a.C., atestiguan prácticas de culto todavía bastante misteriosas.

Para llegar al fuerte Al Muwaiji, hay que tomar la calle ¹²⁰, también conocida como calle Mohammed Bin Khalifa, en dirección al centro. Siga recto y cuente doce rotondas antes de girar a la derecha en la decimotercera por ^la 135, también conocida como E22 y Sheikh Khalifa Bin Zayed Street. En la segunda rotonda, tome la segunda salida y continúe por la calle Sheikh Khalifa Bin Zayed/E22 y en la siguiente rotonda siga por la misma carretera. Gire ligeramente a la derecha por la calle Saeed bin Tahnoon Al Awwal y después de 80 metros gire a la izquierda. Siga las señales. Construido por el jeque Zayed el Primero (abuelo del jeque Zayed, padre de la nación) a principios del siglo ^XX, fue cedido a sus descendientes y sirvió como despacho de los gobernadores de Al Ain de la familia Al Nayhan. Por tanto, era natural que el jeque Zayed se instalara aquí con su primera esposa, la jequesa Hassa, de la que nació en 1948 el ex Presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Jalifa Bin Zayed al Nayhan. En este palacio vivió durante toda su infancia. Se puede pasear por un laberinto de galerías acristaladas diseñadas por los arquitectos Machado y Silvetti. La museografía utiliza multimedia para explorar la vida de su antiguo y prestigioso huésped, así como el trabajo de los arqueólogos y los estilos de vida de la época.