CASA TORAJA

Los verá por todas partes en"Tana Toraja", el país de los toraja, en Sulawesi del Sur, por todo Rantepao y sus alrededores. Sin duda la principal atracción de la región, junto con las singulares ceremonias funerarias, estos espléndidos monumentos de carpintería y carpintería de clavijas, construidos sobre pilotes, las casas familiares originales Toraja también conocidas como Tongkonan en Toraja o Rumah adat en indonesio, nunca dejarán de impresionarle por su magnificencia.

Estos edificios de madera, cuyo tamaño varía según el prestigio de la familia, tienen forma rectangular y un impresionante tejado a dos aguas. Originalmente, los tejados eran el resultado de colosales secciones de bambú entrelazadas. Hoy en día, la modernidad, la practicidad y las razones económicas empujan tristemente a cada vez más habitantes a utilizar chapas metálicas. Dejando a un lado la falta de atractivo estético de estas nuevas prácticas, estos tejados, con sus crestas que se extienden hacia el cielo en ambos extremos, formando una gigantesca "U", son sin embargo de una belleza sorprendente.

El significado de esta arquitectura sigue siendo incierto. Algunos dicen que la forma, que recuerda el casco de un barco volcado, es un homenaje a los barcos que trajeron a los toraja de China a estas tierras.

Otros dirán que se asemejan a cuernos de búfalo. Dada la importancia de este animal en la cultura Toraja, ésta sería una explicación mucho más lógica. Pero, ¿quién sabe? Una cosa es segura para los viajeros de Sumatra: Esta arquitectura recuerda sin duda a las casas batak , aunque estas últimas son claramente mucho menos impresionantes. El interior del Tongkonan está dividido en 3 secciones: la del fondo es para los padres, la de la derecha según se sube es para los niños, y en el centro está la sala común, que solía tener una zona de cocina. Delante del edificio hay una explanada protegida del sol y la lluvia. El tejado en voladizo está sostenido por un gran poste tallado en el que están clavados los cuernos de los búfalos sacrificados durante las ceremonias. A veces se encuentran decenas de ellos, símbolos del poder y la riqueza de la familia.

Las fachadas de las casas están talladas con motivos geométricos y siempre pintadas con los cuatro colores sagrados: Rojo (sangre y vida), blanco (huesos y pureza), amarillo (poder y bendición de Dios) y, por último, negro (muerte y oscuridad).