ARIGBO HOTEL
El Arigbo, bautizado en honor del abuelo de Pierre, el bonachón y simpático propietario de este hotel céntrico, también ha tomado prestado su nombre de una charca sagrada, escondida en el corazón de una cueva cercana. De apariencia poco atractiva y que parece «en construcción», este hotel ofrece una treintena de habitaciones rudimentarias, a veces muy ruidosas. Pero siempre hay buen ambiente, el personal es muy acogedor y los precios, atractivos. Todas las habitaciones de abajo tienen baldosas y están equipadas con TV y, además, las que tienen mosquiteras también ofrecen ventilador. Hay que decir que los cuartos de baño, anticuados, y la limpieza no son el fuerte de este hotel, pero es el único establecimiento decente después del albergue. El restaurante sirve cocina africana y europea. Servicio de guías disponible en recepción.