MUSEO DEL PALACIO REALE
Museo con una hermosa vista del puerto y jardines privados.
El Palacio Balbi, uno de los edificios más bellos de la ciudad, fue residencia de las familias Balbi y Durazzo, antes de convertirse en residencia real de los Saboya tras la incorporación de Génova al Reino de Piamonte-Cerdeña. La familia Balbi, ricos mercaderes de seda, comenzó a construirlo a mediados del siglo XVII. Nada más entrar, una hermosa silla de manos marca la pauta. El recorrido le lleva por una sucesión de salas, todas doradas, estucadas y de terciopelo rojo. Una maravillosa colección de obras maestras decora las estancias: pinturas de Veronese, Tiziano, Van Dyck (incluido el sublime retrato de cuerpo entero de Catalina Balbi Durazzo), Tintoretto, Rembrandt y Rubens, así como esculturas barrocas, tapices y cerámicas orientales, frescos, dorados, mármoles, estucos y revestimientos. Impresionante por su monumentalidad, el palacio, abierto como un escenario teatral frente al mar, refleja a la perfección el interior de una residencia aristocrática del siglo XVIII. Destacan el Salón de la Paz, el Salón Veronés y el Salón del Trono, con su decoración ligeramente recargada del siglo XIX. Más insólito es el confesionario privado del dormitorio de la Reina. Pero lo más destacado es sin duda el magnífico Salón de los Espejos, inspirado en el de Versalles. Por último, no deje de tomar el sol en la terraza exterior, que ofrece una hermosa vista del puerto y revela jardines privados y un bonito parterre de mosaicos.