BASÍLICA DE SANTO ESPÍRITU
Antiguo convento del siglo XIII de la orden de los agustinos, una de las primeras fundaciones agustinianas de Florencia.
Este antiguo convento de la orden agustiniana del siglo XIII, una de las primeras fundaciones agustinas de Florencia, está situado en un rincón casi escondido de Florencia, pero que sin embargo caracteriza tan bien a la ciudad renacentista. La iglesia de Santo Spirito, tal como es visible hoy en día, se ha alejado un poco del plan original que Filippo Brunelleschi había elaborado. El arquitecto sólo pudo ver los dos primeros años de construcción de la iglesia, antes de morir y confiar la realización de la obra a otros. Sus sucesores cambiaron en gran medida el proyecto original, centrado en el orden clásico, típico de la arquitectura renacentista (columnas de estilo griego, por ejemplo). Sin embargo, este edificio está considerado como uno de los ejemplos más perfectos de iglesias renacentistas.
En su interior, la Basílica de Santo Spirito no sólo se distingue por su elegancia y funcionalidad, sino que también alberga un gran número de obras maestras del arte renacentista florentino. El espectacular altar de mármoles policromados es obra del escultor y arquitecto Giovan Battista Caccini (1556-1613). La iglesia se caracteriza por sus columnas que la dividen en tres naves y rodean el altar mayor. En el centro de la antigua sacristía, en la capilla de Barbadori, se encuentra un Cristo desnudo sobre una cruz, de unos cuarenta metros de altura, esculpido por Miguel Ángel a los dieciocho años (el artista lo había ofrecido a la basílica para agradecer a los sacerdotes por su hospitalidad).