YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE APOLONIA DE ILIRIA
Es el segundo yacimiento arqueológico más grande del país, después del de Butrinto. Cuenta con restos griegos y romanos, museo, monasterio... ¡y búnkeres!
Este yacimiento arqueológico (Parku Arkeologjik i Apolonisë) se extiende sobre 750 hectáreas alrededor de dos colinas situadas a unos cien metros sobre el nivel del mar e incluye un museo, una iglesia medieval y dos restaurantes. Alberga los restos de Apolonia de Iliria, la mayor de las treinta ciudades dedicadas a Apolo en la región mediterránea. Fue fundada hacia el 588 a. C. por colonos griegos procedentes de Corcyra (Corfú) y Corinto (Peloponeso), que explotaban yacimientos de nafta, un crudo utilizado como combustible y para impermeabilizar ánforas y barcos. Codiciada por ilirios y macedonios, la ciudad pasó a manos de Roma en el siglo III a. C. En el siglo I d. C., el futuro emperador Augusto vino a vivir aquí durante seis meses para completar su educación. Más tarde, concedió a Apolonia el raro estatus de «ciudad libre», lo que le permitió conservar su moneda y sus instituciones. Abandonada en el siglo V, fue redescubierta por viajeros en el siglo XVIII. Pero fue bajo la dirección de dos arqueólogos franceses como se llevaron a cabo las primes excavaciones importantes: Léon Rey (1887-1954) en los años 1920 y Pierre Cabanes a partir de 1976, continuadas posteriormente por investigadores albanos y europeos.
Búnkeres, estoa y ninfeo. Aunque el sitio es agradable, con paneles explicativos y buenas vistas sobre el delta del Vjosa y el mar, la visita es un poco decepcionante ya que muchos de los restos desaparecieron en 1967 cuando se instalaron aquí cerca de cuatrocientos búnkeres. Sin embargo, quedan visibles varios edificios de gran tamaño. A la izquierda de la entrada se alza el pórtico del buleuterio, que albergaba el ayuntamiento (bulè). También conocido como monumento a los agonotetas, fue erigido en el siglo II d. C. Enfrente se hallan los restos de un odeón (teatro cubierto) romano, con filas de butacas adosadas a la colina. A la izquierda, la hilera de 17 nichos formaba parte de una estoa, un paseo cubierto. A continuación, hay que seguir un largo recorrido a través del yacimiento (1 hora ida y vuelta) para descubrir el teatro, mal conservado, un vasto palacio de 3500 m2 conocido como la Casa de Atenea. Y después, muy al norte, el ninfeo, una fuente monumental del siglo III que es el vestigio más imponente del yacimiento. El agua descendía por la colina en 35 cascadas hasta una gran pila adornada con un pórtico. Desgraciadamente, dos de las columnas del pórtico fueron gravemente vandalizadas por desconocidos en 2020.