HRAZDANI KIRJ

Debes tomarte la molestia de bajar al fondo del desfiladero del río Hrzadan (Hrazdani Kirdj), en el puente Hakhtanak, al pie de la iglesia de Sourp Sarkis en una orilla, y la colina Tsitsérnakaberd en la otra, en el lado oeste. El río está bordeado por los árboles del Parque de Abovian, e incluso hay un ferrocarril infantil con su estación, construido en 1938, durante el período soviético, y que sigue funcionando, entre otros puestos de refrescos, restaurantes con música folclórica y atracciones para los caminantes a los que les gusta bañarse en la fina corriente del río en verano. Todo lo que queda de la antigua ciudad persa es el pequeño Puente Rojo (Karmir Kamourdj), que ha cruzado el río desde el siglo XVII y está ensombrecido por el gran y moderno Puente Hakhtanaki (Victoria), que los coches prefieren cruzar. Este último, cruzando el desfiladero, conduce al imponente edificio de nueve arcos que alberga la famosa destilería de brandy y más allá, al estadio Hrazdan, al pie de la exuberante y verde colina Tsttsernakaberd, reconocible por las flechas del monumento al genocidio de 1915 que lo coronan. En el lado oriental de las gargantas, al pie de la iglesia de Sourp Sarkis, sólo quedan algunas antiguas y humildes casas de piedra de la ciudad persa; la fábrica de vino de Noy fue construida por los soviéticos en el lugar del antiguo palacio de Sardar, pero un poco más arriba de las gargantas de Hrazdan, en dirección a Kentron, la hermosa mezquita de Goy, en la avenida Machtots, es testigo de los orígenes persas de la ciudad.