OKUNOSHIMA, L' ÎLE AUX LAPINS
Este pequeño trozo de tierra está ocupado por cientos de conejos salvajes que deambulan por bosques, campos y calles. Situada al este de Hiroshima, la isla es fácilmente accesible y ofrece una divertida escapada de medio día. En Japón, los conejos son conocidos por su fertilidad, se dice que traen buena suerte durante el embarazo y son un símbolo protector para los niños. El pueblo es pintoresco y el paisaje marino muy bonito, pero aparte de pasear, bañarse y dar de comer a los conejos, no hay mucho más que hacer. La única otra actividad real es una visita a un museo de armas químicas acompañado por las ruinas de una antigua fábrica de gas. Un barrio incongruente Pero, ¿no existe una relación entre estos dos fenómenos? De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial, esta isla aislada se utilizó como lugar secreto para la fabricación de gas tóxico. Según los habitantes, los conejos servían de cobayas para estas armas químicas. Según los rumores locales, los conejos que viven hoy en la isla son descendientes de estos animales de laboratorio.
Para llegar desde Hiroshima, hay que tomar un tren o un autobús hasta la estación JR de Tadanoumi. Una vez fuera de la estación, encontrará la terminal del ferry a menos de 5 minutos a pie, a mano derecha. Es fácil de encontrar: la taquilla tiene un cartel con un conejo gigante. El trayecto dura 15 minutos (rabbit-island.info/en).