Esta encantadora posada —con sus ventanas de arabescos marroquíes y recientemente reformada—, muy bien situada, ofrece habitaciones en la primera planta, con impresionantes vistas al mar y a las buganvillas. Enclavada en un oasis de vegetación, en una zona muy tranquila, es el lugar ideal para pasar unas vacaciones en familia o con amigos. La casa cuenta con veinte hermosas y cuidadosamente decoradas habitaciones, todas equipadas con aire acondicionado o ventiladores, mosquiteras, baño privado y wifi. Las comidas se sirven en el jardín, junto a la piscina, con una vista panorámica del océano. Se puede disfrutar de la cocina italiana o senegalesa elaborada con productos recién traídos del mercado. Tiene acceso directo a la playa. Los propietarios, Marisa y Nino, le dan una calurosa acogida.
L'hôtel est propre et situé en bord de mer dans un endroit au calme.
Piscine très agréable