PASTILLEROS DE BOCK
Estas vastas galerías subterráneas de 17 kilómetros de longitud son la atracción más visitada y están catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Las casamatas Bock y Pétrusse son las más largas del mundo. Son el lugar turístico más visitado de Luxemburgo (más de 100.000 visitantes al año) y están inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1994. Ambas han sido renovadas en los últimos años. El primero puede visitarse libremente o con guía, mientras que el segundo sólo puede visitarse con guía.
Casamatas du Bock. Acceso Rocher du Bock - Montée de Clausen.
Construidas a partir de 1745 y excavadas en las rocas de la fortaleza de Bock, estas galerías subterráneas servían de refugios, cuarteles y pasillos de comunicación para los soldados y los habitantes de la ciudad en caso de ataque. En su día cubrían una superficie de no menos de 1.100 m². La casamata principal, de 110 metros de largo y 7 de ancho, ofrece una sorprendente visión de la vida militar de la época. A través de las aspilleras, los soldados podían vigilar los alrededores y defender la ciudad de cualquier ataque. Hoy en día, el emplazamiento es un escaparate del ingenio y el poderío militar de la época, con magníficas vistas sobre el valle. La Casamata du Bock alberga la leyenda de Mélusine, una misteriosa mujer casada con el conde Sigefroi, fundador de Luxemburgo. Traicionada por su marido, que había roto su promesa de no verla nunca en un determinado día de la semana, Mélusine se arrojó a las aguas del Alzette, desapareciendo para siempre. Durante la visita, podrá ver el famoso pozo de 47 metros de profundidad en el que se dice que desapareció...
Casamatas de la Pétrusse. Plaza de la Constitución.
Los sucesivos ocupantes transformaron la ciudad en una de las mayores fortalezas del mundo, dotándola de tres cinturones fortificados (con veinticuatro fuertes y otras dieciséis poderosas obras) y de una extraordinaria red subterránea de 23 km de casamatas. Las primeras casamatas de La Petrusse se construyeron en 1644, bajo dominio español, que modernizó las obras medievales. Posteriormente, en 1745-1746, los austriacos mejoraron el sistema defensivo con las casamatas Bock. Éstas tenían una superficie de 1.500 m² y podían albergar una guarnición de 1.500 soldados y unos cincuenta cañones. Gracias a estas mejoras, el fuerte recibió rápidamente el apodo de "Gibraltar del Norte". Tras el desmantelamiento de la fortaleza en 1867, las casamatas quedaron parcialmente destruidas y reducidas a 17 km.