LAGO DE GAZIVODE
Este lago artificial (Jezero Gazivode, Liqeni i Ujmanit) es la mayor masa de agua del país. Tiene 24 km de longitud y discurre entre Kosovo y Serbia con un paso fronterizo en Brnjak/Bërnjak. Situada a 690 m de altitud, a los pies del macizo de Mokra Gora, ofrece magníficos paisajes y rincones de la naturaleza que se conservan aún más porque la densidad de población aquí es muy baja. El lago ha sido objeto de constantes tensiones entre Pristina y Belgrado desde 1999 y recientemente estuvo a punto de ser rebautizado en honor a Donald Trump.
Un bar en el Ibar. El lago se creó entre 1973 y 1977 al retener el río Ibar (272 km de longitud) que fluye desde Montenegro y Serbia. Para ello, se construyeron dos presas a ambos lados del pueblo kosovar de Gazivode/Gazivoda (300 habitantes, casi todos serbios). Río abajo, al sureste de Gazivode/Gazivoda, cerca de Zubin Potok, se construyó una pequeña presa de 10 m de altura. Río arriba, al noroeste de Gazivode/Gazivoda, la otra presa es una de las mayores de Europa, con 108 m de altura y 490 m de ancho. Su estructura de terraza en forma de pirámide invertida se puede ver desde la carretera M2. En total, el lago ocupa 11,9 km2: 2,7 km2 en el municipio de Tutin (Serbia) y 9,2 km2 en el de Zubin Potok. Sólo tiene 1,1 km de ancho pero hasta 110 m de profundidad. El embalse fue diseñado para suministrar electricidad a las instalaciones industriales y mineras de Mitrovica y Trepča y para proporcionar agua para la refrigeración de las turbinas de las centrales eléctricas de Obiliq/Obilić, cerca de Pristina. El lago también estaba destinado a ser utilizado para regar las zonas agrícolas vecinas. Sin embargo, esta parte del proyecto no pudo completarse debido a la guerra de Kosovo.
"Trump Lake". Desde el final de la guerra y la declaración de independencia de Kosovo (2008), la cuestión del control de las aguas del lago ha sido una fuente de tensión entre Belgrado y Pristina. El Estado kosovar no tiene autoridad sobre el lago, que está bajo la responsabilidad del enclave serbio de Zubin Potok y de Elektroprivreda Srbije, la compañía eléctrica serbia. Se creía que el problema estaba en vías de solución cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que quería reconciliar a Kosovo y Serbia para finales del verano de 2020. El 4 de septiembre, los jefes de Estado de ambos países firmaron apresuradamente en la Casa Blanca un acuerdo sobre intercambios económicos. En un breve momento de euforia, un enviado estadounidense propuso en broma rebautizar el lago con el nombre de Donald Trump. La propuesta fue tomada en serio y acogida por el presidente serbio y el primer ministro kosovar, que seguían conmovidos por su visita al Despacho Oval. El 24 de septiembre, una enorme pancarta "Trump Lake" apareció en la gran presa. La foto ha dado la vuelta a las redes sociales. Pero ante la oposición de los habitantes y de algunos parlamentarios de ambos países, el proyecto se empantanó. Finalmente se abandonó unos días después, al estallar una nueva crisis diplomática entre Estados Unidos y Serbia. El lago volvió a estar en calma sin que se resolviera la cuestión del reparto de sus recursos.
Puente, osos y minas terrestres. Las orillas del lago están ocupadas por unas 15 aldeas y pueblos, el mayor de los cuales es Ribariće (Serbia), en el extremo occidental. Tiene unos 1.000 habitantes, principalmente bosnios, como la mayoría de la población del municipio de Tutin. En el lado de Kosovo, hay menos de 500 habitantes, casi todos serbios, repartidos en cinco localidades. Además de Gazivode/Gazivoda, en el extremo oriental, la orilla sur alberga tres aldeas: Kovače/Kovaça, luego Rezala/Rezalla y Bojnoviće/Bojnoviqi. Lejos del lago, siempre en el lado sur y a 1.200 m de altitud, Brnjak/Bërnjak (130 habitantes) es la "capital" de esta región aislada. El pueblo da nombre al puesto fronterizo y al puente colgante de 120 m de longitud que atraviesa el lago desde 1983. Pero apenas hay instalaciones turísticas en la parte kosovar, salvo rutas de senderismo y ciclismo y kayaks de alquiler. Los habitantes de Mitrovica vienen a disfrutar de los hermosos alrededores para hacer picnics, navegar y pescar. La abundancia de peces atrae a otros visitantes, a las aves migratorias y también a los osos pardos que descienden regularmente del Mokra Gora. Así que ten cuidado. También hay que tener cuidado de no alejarse demasiado de los caminos trillados, ya que la zona fue minada durante la última guerra. La KFOR dice que ha despejado la zona, pero es mejor asegurarse de tener un guía si se quiere ir de excursión.
Patrimonio hundido. Cuando 380 millones de metros cúbicos de agua inundaron el valle en 1977, doce antiguos pueblos serbios quedaron sepultados y 2.400 habitantes tuvieron que ser trasladados. Esto supuso la pérdida de una iglesia y una escuela femenina (una de las más antiguas del mundo) fundada en el siglo XIII por la reina francesa Hélène de Anjou, esposa del rey serbio Stefan Uroš I y madre del gran Milutin. Las autoridades yugoslavas de la época no hicieron nada para salvar o documentar los monumentos. Pero desde 2017, un equipo serbio-ruso de arqueólogos subacuáticos lleva a cabo una investigación para redescubrir este pasado hundido.