PALACIO DEL EMIR
Incluso sin público, la visita al exterior del Palacio y su plaza ya merece una visita, por la hermosa vista que ofrece de las culturas Hausa y Pël del norte de Nigeria. Conocido también como Gidan Rumfa, el Palacio data del siglo XV, con una primera versión construida en 1471 basada en modelos islámicos hispanos. La configuración de las habitaciones, los jardines y las partes exteriores reproducirían de forma casi idéntica la de uno de los palacios de Córdoba. El actual Emir, Sanusi II, quiso revivir este vínculo histórico con un recordatorio de la Alhambra de Sevilla, uno de cuyos poemas se reproduce en árabe en una pared interior de Gidan Rumfa. Fiel a las tradiciones ecuestres del norte de Nigeria, la finca también incluye establos donde se guardan los caballos del Emir, incluyendo su favorito, un orgulloso corcel blanco. Al emir le gusta decir que se deja morir de tristeza si se prefiere otro caballo para la ceremonia.
Desde la plaza principal podemos ver el gran arco de color arcilla que simboliza la entrada al palacio, dando acceso a un primer patio interior que da paso a un segundo arco, mucho más pequeño y con paredes muy gruesas, típico de la arquitectura de Hausa, cuya antigüedad se puede observar aventurándose por debajo. Una vez en este último patio, los altavoces están pintados con un ocre oscuro que recuerda al banco, y cubiertos con frisos tallados y pintados en colores brillantes. El actual Emir está comprometido con la erudición, y ha construido dos bibliotecas muy grandes dentro del palacio, que contienen un gran número de libros sobre estudios islámicos y económicos, y más ampliamente sobre estudios africanos, para los cuales reclama la colección más grande del mundo. Las salas interiores son una sucesión de salas de banquetes, salones y salas de recepción con incrustaciones de oro desde las paredes hasta los techos. Los patios interiores son verdes y refrescantes, mientras que la residencia del Emir es más moderna, con carpintería oscura y las dos bibliotecas del palacio, así como cúpulas bellamente decoradas. En la sala donde el Emir recibe a sus visitantes, se exponen los retratos de sus predecesores desde los orígenes de la dinastía.