MONTAGNE AL QARAH

La asombrosa montaña Al Qarah se alza en medio del palmeral del oasis de Al Ahsa, modelada por los elementos y los acontecimientos geológicos en múltiples cuevas, túneles, cañones y fisuras. 28 galerías naturales recorren el interior de la montaña, la más larga de 1,5 kilómetros. Ofrecen una forma fácil de descubrir las entrañas de la montaña. No hace falta casco, cuerda de rápel ni cable de Ariadna. El sitio es absolutamente suntuoso, con sus rocas pulidas en tantas formas sorprendentes. Se acondicionó en 2016, con vistas a que el oasis de Al Ahsa fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se nivelaron los suelos de la galería principal, se instaló iluminación y se construyó un centro de visitantes en la entrada. El acceso a la montaña de Al Qarah se realiza por su lado oriental, desde el pueblo de Al Qarah. Hay un amplio aparcamiento para visitantes. El billete de entrada se recoge en el Centro de Visitantes, que también incluye varias tiendas de recuerdos, una cafetería y un museo. La entrada da derecho a una foto y una impresión, que se entregarán al final de la visita. Lleve una linterna para explorar algunas de las galerías y un par de zapatillas deportivas para mayor comodidad.

Centro de Hospitalidad Árabe. La visita comienza con una bienvenida en inglés en una sala del centro de visitantes, en la planta baja o en el piso superior. Un joven guía le ofrecerá café y dátiles, mientras le da algunas explicaciones sobre el yacimiento y su papel a lo largo de la historia. La parte oriental de la península arábiga estuvo habitada hace 5.000 años. Es probable que las cuevas de Al Qarah sirvieran de hábitat natural a las primeras tribus residentes. Durante la ocupación otomana, las cuevas se utilizaron para almacenar armas, joyas, dinero y alimentos. En la época de la unificación de Arabia Saudí, el príncipe de Al Ahsa utilizó la mayor de las cuevas como majlis . Allí celebraba reuniones con sus hombres y consejeros. El discurso introductorio va acompañado de una visita guiada por la caligrafía islámica. Los artistas han pintado pasajes escogidos del Corán, interpretándolos en la elección de los colores y la composición de la escritura.

El museo de la Tierra de la Civilización. En la primera planta del centro de visitantes. Cuatro pequeñas salas ofrecen información sobre la formación geológica de Arabia Saudí y las primeras civilizaciones que ocuparon el país. También hay comparaciones de escrituras antiguas, réplicas de objetos arqueológicos y un pañuelo saudí que se cree que procede de los caldeos. Cuando termina la visita, se abandona el edificio para subir a la montaña.

La montaña de Al Qarah. Al Qarah significa "el continente" en árabe. Es difícil imaginar una época en la que este gran bloque monolítico emergiera de cientos de kilómetros de desierto llano. Hoy, se sube por un cañón que se estrecha poco a poco hasta tener la impresión de ser engullido por la montaña. Lo primero que llama la atención nada más entrar en la montaña es lo fresca que está. La temperatura se mantiene de forma natural entre 20 y 24 °C durante todo el año. El sendero está delimitado por una iluminación que resalta las formas de la piedra pulida por el agua de lluvia. A ambos lados del camino central, otros senderos conducen a cuevas de distintos tamaños. La mayor de ellas ha sido bautizada como la Gruta de l'Aïd. Aquí se reunían los aldeanos de Al Qarah para las oraciones del Eid, que debían celebrarse lejos de sus hogares. También era aquí donde se celebraban ciertas reuniones que requerían discreción. La cueva está iluminada de forma natural por un rayo de luz que atraviesa una grieta de la montaña. Todavía hoy se celebran aquí bodas. Las cuevas más pequeñas se utilizaban para enseñar a los jóvenes. Se reunían al fresco de la montaña para aprender a leer y escribir. A mitad del camino principal, un fotógrafo le espera para tomarle una foto en la parte más espectacular de la cueva. Las paredes de la falla se separan y la altura de la montaña se revela en todo su esplendor. En su punto más alto, la montaña Al Qarah alcanza una altura de 210 metros. Puede recoger su impresión a la salida, en la tienda del fotógrafo, donde podrá elegir entre dos tomas. El resultado es un bonito recuerdo.

Hay tres tipos diferentes de cuevas en la montaña Al Qarah. El primero se debe a la disolución y abrasión natural de la piedra caliza, que es soluble en agua. El segundo tipo se debe al hundimiento de las capas superiores de la montaña como consecuencia de la erosión. El tercer tipo es el resultado de movimientos sísmicos que crearon fallas verticales formando corredores en la montaña. Esta formación geológica verdaderamente única y original es el resultado de una sucesión de rocas y sedimentos con diferentes estructuras superpuestas como un milhojas. La base enterrada de la montaña está formada por una fina capa de marga coronada por brechas de 17 metros de espesor. La base exterior está formada por una maraña de caliza y arenisca rosa. Encima hay una gruesa capa de arenisca gris, de unos 75 metros de espesor, intercalada con margas aluviales, lo que hace que la roca sea especialmente frágil y quebradiza. La cima de la montaña está formada por una capa de piedra caliza de dos metros de espesor.