HOTEL RYUGYONG
Recordemos que la construcción de la Biblioteca Nacional en la Plaza Kim Il Sung duró sólo unos meses: la construcción de los edificios que se han convertido en los símbolos del régimen debe ser rápida. Esto es lo contrario de lo que está sucediendo con este hotel, que se convirtió en el más grande del mundo cuando se construyó por primera vez en 1987: 330 metros de altura, 300.000 metros cuadrados de superficie en 500 pisos, 3.000 habitaciones como mínimo (el número varía según las fuentes, ¡a veces más de 7.000!). El coste de la construcción fue estimado en setecientos cincuenta millones de euros en 2009 por los medios de comunicación japoneses, lo que representa casi el dos por ciento del PIB del país. La entrega se programó dos años más tarde, y aún no se ha completado. La caída de la Unión Soviética no sólo minó la financiación del proyecto, sino también el suministro de las materias primas necesarias: el edificio seguirá siendo una carcasa sin fachada durante casi dieciséis años. El fracaso es tal que durante unos años el gobierno niega categóricamente la existencia del edificio y retoca las fotos de la capital para hacerla desaparecer. Sólo cuando se reanudó el trabajo en 2008 con la ayuda de un grupo egipcio, cambió la comunicación oficial y se reconoció la existencia del hotel. La parte exterior está terminada en 2011 y el gobierno dice que la parte interior está terminada en 2012 para el centenario de Kim Il Sung. Este no es el caso. En noviembre, el canal internacional Kempinski expresó su interés en hacerse cargo del sitio antes de tirar la toalla tras el aumento de las tensiones relacionadas con las pruebas nucleares en 2013. Hasta 2018, algunos tours evitaban cuidadosamente pasar por delante del edificio, ciertamente para evitar tener que responder a preguntas embarazosas de extranjeros que a veces estaban mejor informados que los guías. Sin embargo, la situación parece estar cambiando: en 2018, las señales de reanudación de las obras, como la construcción de una carretera, sugieren que la apertura nunca ha estado tan cerca.
El uso actual del edificio que domina Pyongyang aún no está claro, pero es un hito en la ciudad, especialmente desde que en abril de 2018 se instaló una bandera norcoreana de bombillas LED en una fachada del edificio, marcando la renovación económica de la capital a pesar de las sanciones internacionales.
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