2024

PUEBLO HISTÓRICO DE VAL-JALBERT

Sitio de arqueología artesanía y ciencia y tecnología €€
4.3/5
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Construida en 1901, la fábrica de pasta de Val-Jalbert producía 50 toneladas diarias de pasta mecánica para la fabricación de papel, que luego se exportaba a Estados Unidos y Europa. La fábrica de celulosa daba sustento a una población de 950 personas. El pueblo se consideraba muy avanzado en términos de modernidad y se comparaba con el Boston estadounidense de los años veinte, ya que contaba con urbanismo, bocas de incendio, agua corriente, saneamiento, electricidad y calefacción por aire forzado. Debido a la creciente demanda de papel en lugar de pasta y a la incapacidad de modernizarse económicamente, la fábrica se vio obligada a cerrar en 1927. Como consecuencia de la dependencia del molino, la población fue abandonando la zona. Durante casi 60 años, las casas que habían albergado a las familias de los trabajadores permanecieron abandonadas, como un pueblo fantasma. Hoy siguen siendo auténticos, pero restaurados y animados por habitantes vestidos con trajes de época. Puede visitar el molino en desuso, el convento de la escuela y la tienda general. Es aconsejable subir a la cima de la montaña por una escalera de 764 escalones o en teleférico (incluido en el precio de la entrada), para disfrutar de la vista de las impresionantes cataratas de Ouiatchouan, de 70 metros de altura, y del majestuoso Lac Saint-Jean. Es un verdadero cambio de aires volver atrás en el tiempo, con un toque de nostalgia. Además, el sitio es realmente magnífico. En el lugar se ofrecen servicios de restauración y alojamiento (camping, minichalets, habitaciones renovadas en casas de época y 14 nuevas viviendas de alto standing con vistas al lago Saint-Jean). Aunque la historia de Val-Jalbert terminó en 1927 con el cierre de la fábrica de celulosa, el antiguo pueblo de la empresa se ha convertido en un destino turístico imprescindible de la región de Saguenay-Lac-Saint-Jean Es un destino ideal para familias. Hay un sinfín de actividades para todos los gustos: mirador con suelo de cristal en plena cascada, animación histórica, teleférico, rutas de senderismo, sendero temático La Dompe, espectáculo de inmersión multisensorial, restaurante en el molino (cocina local, opciones vegetarianas y sin gluten disponibles), café-terraza en la tienda general, restaurante sobre la marcha en el camping, tienda de regalos, eventos especiales y mucho más, sin olvidar la programación de invierno. Imprescindible

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