BASÍLICA DE CAACUPÉ
Esta gran basílica fue construida en los años 80, justo en el centro, en el lugar de los antiguos templos coloniales. En el momento de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, cientos de miles de personas acuden al santuario. Es la peregrinación más importante del país. También tiene lugar antes y después del 8 de diciembre. Los fieles recorren decenas o centenares de kilómetros, desde todas las partes del país, a pie, en bicicleta, a caballo, en carros de bueyes, llevando una pesada cruz o, para algunos, ¡de rodillas! Vienen a agradecer a la Virgen Azul por un nacimiento, una curación o una buena cosecha. Si tienes la oportunidad, haz esta peregrinación, incluso sin ser creyente, es un espectáculo único y muy impresionante. Es posible subir a la cima de la basílica, donde hay un mirador. Subiendo las escaleras se pueden ver grandes frescos de Nino Sotelo. La leyenda de la Virgen de Caacupé contada aquí en una versión ligeramente diferente a la de nuestra introducción. El indio José sigue presente, pero esta vez viene de la misión franciscana de Atyrá. Salvó la caja de madera que contenía a la Virgen María de un diluvio y fue encargado por el padre franciscano de conservarla de forma preciosa. El santuario fue elevado oficialmente al rango de basílica menor por la Santa Sede el 11 de julio de 2015, durante la visita del Papa Francisco.