CATEDRAL DE BAGRATI
Esta catedral, reformada en 2012, presenta cantería original en las partes baja y media.
Bagrati tiene una de las historias más raras y, al mismo tiempo, más representativas de la Georgia contemporánea. Hasta 2010, se trataba de la ruina más fotogénica del país. Además de un símbolo: el ejército otomano fue la causa de la destrucción de una de las tres catedrales más importantes del país, y esos vestigios debían testimoniarlo. Pero esta ruina que domina admirablemente Kutaisi, clasificada Patrimonio Mundial de la Unesco, debía dar un paso más para el presidente Mijeíl Saakashvili: simbolizar la reconstrucción total del país implementada bajo su mandato. Y, ignorando los principios de rigor arquitectónico que normalmente se aplican a los monumentos históricos, el gobierno puso en marcha un amplio programa para reconstruir completamente la catedral. Por lo tanto, las ruinas del siglo XII recuperaron una nueva cúpula e incluso un sector de pared… de cristal, material predilecto del presidente, ¡posmoderno donde los haya! En 2010, la Unesco incluyó Bagrati en la lista de monumentos históricos en peligro y, en 2012, empezaron las obras a pesar de las amenazas de la Unesco de desclasificar la catedral. En 2013, la Unesco retiró la catedral de Bagrati de su lista de Patrimonio Mundial. Uno de los monumentos históricos más preciados del país se convirtió en un nuevo símbolo de Saakashvili como reconstructor de una Georgia que combina historia y modernidad, lejos de los valores de conservación que priman en Europa.
La catedral de la Dormición de la Virgen, llamada también Bagrati (puesto que fue construida en el siglo XI por el rey Bagrat III), era, en la Edad Media, una de las tres catedrales fundamentales de la Georgia del siglo de oro, junto con Svetisjoveli en Kartli y Alaverdi en Kajetia. Aquí fue coronado David el Reconstructor. Pero la catedral no tuvo tanta suerte como sus dos hermanas.
Antiguamente, un castillo real y una ciudadela dominaban la ciudad desde la cima de la colina de Ukimerioni (o Arkielis Gora, la colina del arzobispo). En el siglo VI era uno de los castillos más importantes de Georgia. Después de la construcción de Bagrati, el conjunto debía ser monumental. Jean Chardin, viajero francés del siglo XVII, describe el complejo como extremadamente impresionante, cuando la catedral ya había sido dañada por los turcos, que la atacaron en 1510. En 1692, una nueva explosión provocada por tropas turcas provocó el hundimiento del techo y de la cúpula, dejando la iglesia en el estado que se puede ver hoy. En el siglo XVIII, los avatares de los enfrentamientos con los turcos continuamente en campaña condujeron a una nueva destrucción, esta vez del castillo, perpetrada por los georgianos. El rey de Imericia, Salomón I, con el apoyo de las tropas del general ruso Eduard Todtleben, bombardeó la ciudadela y el castillo en 1769 desde la colina opuesta, Mtsvane Kvavila, mientras que el pachá turco ocupaba el lugar con su guarnición. El ejército ruso-georgiano ganó la batalla, pero el castillo fue totalmente destruido.
Actualmente todavía se pueden distinguir fácilmente las piedras originales, en las partes bajas y medias, de las que se añadieron en 2012 para convertir de nuevo Bagrati en una iglesia completa. La cúpula y la pared de cristal son también de 2012, y el interior se ha reconstruido casi totalmente, sin basarse en los planos históricos.
Al norte de la iglesia, están las ruinas del castillo. Solo queda una parte de los muros defensivos, un marani (bodega) y los restos de una iglesia. Pero como en la catedral, el visitante puede darse cuenta del inusual tamaño que tenía el complejo según los estándares georgianos. Recorrer las murallas en ruinas es muy agradable, con unas vistas magníficas al valle del Rioni y al Cáucaso por un lado, Bagrati por el otro, y, en medio, el casco antiguo de Kutaisi dominado a lo lejos por la cordillera de Meskhetia.
A unos cien metros al sur de Bagrati, bajando la calle Kazbegi, en la otra cumbre de la misma colina, se encuentra la elegante iglesia Tsminda Giorgi (San Jorge), del siglo XIX, que tiene un bonito patio. Desde la calle hay un callejón a la izquierda que sube hasta la iglesia.
Elle est impressionnante par sa taille et son importance religieuse - on y trouve des reliques - mais sa décoration intérieure est bien plus simple que celle d'autres monastères et églises du pays.