CATEDRAL SIONI

Justo después de Karvasla, la catedral de Sioni, escondida en una placita, con sus brillantes piedras amarillas, es una de las principales atracciones del viejo Tiflis. Hasta la inauguración de la catedral Sameba en 2006, fue la sede del patriarcado ortodoxo de Georgia. Aunque Sameba se convirtió en la principal iglesia del país, Sioni, cargada de historia, conserva tácitamente el liderazgo. Junto con Svetitsjoveli, en Mtsjeta, es el alma de la espiritualidad georgiana.

Sioni habría sido una de las iglesias construidas por Vakhtang Gorgassali a finales del siglo V. Pero fue enteramente reconstruida por David el Reconstructor en 1122, tras su toma de Tiflis, para convertirse en el centro del Patriarcado de Georgia. Posteriormente, fue destruida en varias ocasiones por los sucesivos invasores y restaurada por los georgianos, como tantas otras iglesias del país. Fue destruida por última vez en 1795. Su fachada actual de toba amarilla data principalmente del siglo XIX. La parte superior de la fachada norte es un vestigio más antiguo, con una inscripción de 1710. Alrededor de la inscripción hay un símbolo solar y un grifón a cada lado. El interior es oscuro y apagado, lo que crea una pesada atmósfera de espiritualidad. Los frescos más antiguos desaparecieron en las últimas destrucciones, y luego fueron borrados por los rusos. Los frescos actuales son un remarcable trabajo del artista ruso Grigori Gagarine; en esencia, pintó santos y símbolos de la ortodoxia georgiana. Los frescos del muro occidental datan de finales de la década de 1970. Sioni guarda uno de los tesoros más preciados de la cristiandad georgiana: la cruz de Santa Nino. Además, la catedral contiene tumbas de los patriarcas georgianos. El alto campanario del otro lado de la calle es un bello ejemplo del clasicismo ruso, y data de 1812. Si llega a la hora de la misa, comprobará que el coro polifónico femenino de Sioni es muy bueno.