CIUDAD TROGLODÍTICA DE VARDZIA
La ciudad troglodita de Vardzia ofrece una visita guiada para descubrir todos los secretos de sus laberintos y galerías.
Puede realizar la visita solo, pero un guía le descubrirá todos los secretos de los laberintos y las galerías. En las primeras cuevas se encontraban los establos. En el suelo podrá observar conductos de agua de terracota que datan del siglo XIII: el suministro de agua de la fuente se hacía por medio de un túnel de 3,5 kilómetros de longitud. Al lado del campanario verá los restos de las tuberías que permitían redirigir los 160.000 litros de agua al día. En la parte trasera de las cuevas se conservaba la comida (la temperatura es fresca en verano y cálida en invierno).
El monumento central de la ciudad es la magnífica iglesia de la Asunción, mitad tallada en la roca y mitad construida. Su pórtico de dos arcos conforma una estampa muy conocida. Desafortunadamente, la fachada de la iglesia ha caído, pero la mitad que queda en pie es magnífica. Según la tradición, el antiguo campanario de la iglesia, que era de oro, estaba al lado del edificio y fue traído por el sah de Persia Tahmasp I. Sus frescos son admirables (1184-1186, mismas fechas que la edificación de la iglesia). En la entrada del templo verá la imagen de la Virgen llevando a Jesús, entre los arcángeles Miguel y Gabriel. Pero el fresco más famoso, y uno de las más importantes de Georgia, es el de la joven reina Tamar, vestida como hombre antes de su matrimonio. Observe que no lleva joyas ni griñón alrededor de su cuello. A la derecha de su imagen puede leerse la inscripción «Rey de los reyes de todo el Oriente, hija de Jorge, Tamar, que su vida sea larga». Al lado de la reina, o más bien del rey, como se le llamaba en señal de gran respeto, está su padre Jorge III. A su derecha, la inscripción: «El Rey de los Reyes de todo el Oriente, hijo de Dimitri, Jorge, Rey de Reyes».
En la iglesia se pueden comprar velas para ir a la fuente que se encuentra justo a la izquierda del templo. Prestando atención a las escaleras y a la cabeza (no hay otra luz que la de las velas), llegará a una fuente de agua potable (9,6 metros cúbicos con un caudal de 52 litros de agua al día). Son las «lágrimas de Tamar», donde los ortodoxos hacen sus votos. Puede salir por una galería que hay a la izquierda del altar (un monje le abrirá la puerta) y continuar la visita bordeando las cuevas por la izquierda. Para volver al aparcamiento, baje por el lado opuesto de la montaña. Unas pequeñas escaleras que desembocan en otra galería no iluminada le conducirán directamente al lugar.