Geografía de Menorca

Geográficamente, la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares está formada por un conjunto de islas divididas en dos archipiélagos distintos: Mallorca y Menorca conforman el archipiélago de las Gymnésies ("Islas Baleares Mayores"), mientras que Ibiza y Formentera forman juntas el archipiélago de las Pitiüses ("Islas Baleares Menores"), que en catalán significa "cubiertas de pinos", en referencia a los pinares primigenios que cubren sus territorios. Las cuatro islas Baleares principales, Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, ocupan una superficie total de casi 5.000 km².

Situada al noreste de la mayor de las islas Baleares (Mallorca, 100 km de este a oeste y 80 km de norte a sur, con una superficie de 3.640 km² y un punto más alto de 1.445 m), Menorca es la segunda isla más grande de la agrupación balear. También es la más oriental de España. Con 695 km², Menorca es seis veces más pequeña que su imponente vecina. Con unos 48 km de largo y 20 km de ancho en su parte más ancha, es extremadamente ventosa y sus bajas murallas (que recuerdan a las de Formentera) contribuyen a su encanto. La modesta cubierta vegetal de Menorca está dominada por un pico igualmente modesto, el Monte Toro, que se eleva hasta los 357 m. La isla cuenta con dos grandes aglomeraciones urbanas, Maó al este y Ciutadella al oeste, que suman dos tercios de la población (unos 30.000 habitantes en cada una de las dos ciudades de una población total de algo más de 95.000 habitantes). Alrededor de Mallorca y Menorca hay un grupo de pequeñas islas, las más importantes de las cuales son Sa Dragonera (y sus famosas lagartijas, de las que toma el nombre) y Cabrera (parque nacional con una biodiversidad marina y terrestre excepcional), al oeste y al sur de Mallorca respectivamente. También hay dos islas menorquinas: Illa d'en Colom e Illa de l'Aire.

Geología de Menorca

Desde el punto de vista geológico, Menorca es un caso muy interesante. Mientras que las Baleares son una prolongación oriental y marítima de las Cordilleras Béticas, la posición de Menorca, en el extremo mismo de esta formación geológica, le confiere unas características que la diferencian tanto de las demás islas de los dos archipiélagos como de las cordilleras de las que emana. La impresionante riqueza (en colores y materiales) de su patrimonio geológico es sobrecogedora. Es importante señalar que la isla está dividida en dos regiones geológicas muy diferentes: Tramuntana al norte y Migjorn al sur, separadas entre sí por una línea que sigue aproximadamente la carretera Maó-Ciutadella.

Tramuntana. Recorre la cara norte de Menorca y es la zona con materiales más antiguos. La Tramuntana se caracteriza por una costa de rocas irregulares y escarpadas. Promontorios, calas de arena oscura y afloramientos rocosos fracturados conforman el grueso del paisaje, salpicado sin embargo de montículos redondeados alisados por los vientos de Tramontana.

Migjorn. En el lado sur de la isla domina la arenisca. En forma de vasta plataforma, esta caliza se extiende horizontalmente, terminando en imponentes acantilados o inmensas playas de arena blanca, abiertas de par en par en el flanco sur de la isla.

Cuatro paisajes menorquines. La isla puede dividirse en tipos de paisaje según el color de las rocas predominantes. En la vertiente de la Tramuntana, los colores son oscuros, rojizos y grises, mientras que en la región del Migjorn, el blanco es el color predominante.