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Familia y vivienda

Como en España en general, la familia es un concepto muy importante en Menorca. Los hijos son los reyes, pero los mayores, que suelen ser muy respetados, les inculcan ciertos valores. En general, la estructura familiar sigue siendo tradicional -mucho más que en las ciudades españolas- y no es raro ver varias generaciones conviviendo bajo el mismo techo. Los jóvenes, incluso cuando trabajan, a veces se quedan con sus padres hasta que se casan (y se casan más tarde). Hay muchas empresas familiares en las que todo el mundo tiene su sitio, ya sea en empresas de servicios o restaurantes. El saber hacer se transmite de generación en generación, al igual que los nombres de pila: el hijo mayor suele llevar el nombre del padre o de la madre, o el de los abuelos. Y si no se ha tomado directamente del árbol genealógico, como ocurre en la Península, la religión sigue teniendo -aunque cada vez menos- cierta influencia en la elección de los nombres de pila en Menorca. Sin embargo, los nombres que suenan a inglés van en aumento, y el turismo es sin duda una de las razones.

En Menorca y Baleares en general, la vivienda típica se llama lloc. Suelen tener paredes muy gruesas para evitar el calor en verano y proteger del frío en invierno. El lloc se organiza tradicionalmente en torno a la habitación principal, que alberga una chimenea que antiguamente se utilizaba también como horno y se colocaba justo al lado del fregadero. El tejado sigue siendo plano, para poder construir nuevas habitaciones cuando nacen nuevos bebés. La mayoría de los propietarios viven en el campo, pero últimamente cada vez son más los que convierten sus casas tradicionales en encantadores hoteles de agroturismo.

El lugar de la mujer en la sociedad menorquina

Paralelamente a la gran revolución política y cultural de la posdictadura, la situación de la mujer cambió considerablemente. Antes de la caída del franquismo, las mujeres solían dedicarse a las tres C: la cocina, los al-lots (los niños) y el cura. Hoy, la mayoría de ellas viven relativamente tarde con sus padres, tienen mucha más educación que sus madres y, por tanto, se casan más tarde (la edad media del primer matrimonio ha pasado de 24 a 30 años en una generación). Como los servicios de guardería y las políticas de apoyo a la familia siguen siendo prácticamente inexistentes, las mujeres tienen muchas menos probabilidades de ocupar los puestos profesionales más altos. A pesar de ello, su tasa de empleo aumenta una media de un punto porcentual al año, aunque la diferencia salarial entre hombres y mujeres sigue siendo muy grande. Sin embargo, el Gobierno español de Sánchez es un ejemplo de paridad, con 12 ministras de 22 cargos. También hay que destacar que en las elecciones municipales de mayo de 2015 fueron dos mujeres, Ada Colau y Manuela Carmena, las elegidas alcaldesas de Barcelona y Madrid, respectivamente. Ese mismo año, Francina Armengol, presidenta del Parlamento español en Madrid desde 2023, se convirtió en la primera mujer elegida presidenta de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. Desde julio de 2023, otra mujer ocupa la presidencia del archipiélago: Marga Prohens.

En diez años, el número de nacimientos en España ha caído un 30%, según un informe del INE (Instituto Nacional de Estadística) publicado en la primavera de 2019. De media, las mujeres tienen 1,25 hijos, frente a los 1,44 de hace diez años. Esto se tradujo en 370.000 nacimientos en 2018, la cifra más baja desde 2002. Otra de las conclusiones de este estudio es que la caída del número de hijos por mujer va acompañada de un descenso de la edad media del parto. Ahora es de 31 años, frente a los 29,3 de hace diez años. Más sorprendente aún, el estudio muestra que casi el 63% de las madres tienen cuarenta años o más. En 2015, sin embargo, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy impulsó una ley que prohibía el aborto a las menores sin consentimiento paterno. Fue aprobada por el Senado en 2015. En cuanto al colectivo LGTBQ, mientras que la comunidad gay está muy presente en Ibiza, paraíso de la fiesta y la extravagancia, en Menorca, una tierra más rural donde las mentalidades suelen ser más cerradas, la homosexualidad es ciertamente aceptada, pero menos comprendida que en otros lugares. El matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en España desde 2005.

Tradiciones y fiestas

Los habitantes de Menorca (como los de las otras tres islas Baleares), sin duda gracias a su aislamiento geográfico, han sabido conservar sus tradiciones. El calendario litúrgico ha sido durante mucho tiempo el elemento unificador de la vida social de los habitantes del archipiélago. Las fiestas suelen celebrar a un santo en particular. Es durante estos acontecimientos cuando la mayoría de los lugareños se reúnen en las parroquias. Para la ocasión, los jóvenes se visten con sus mejores galas y los festejos continúan en las calles o en el ámbito familiar de las casas particulares, con juegos, bailes y canciones populares. También es una oportunidad para reunirse con amigos, vecinos y, por supuesto, la familia. A pesar de la llegada del turismo en la segunda mitad del siglo XX, las fiestas del calendario litúrgico han perdurado hasta nuestros días, y los menorquines siguen muy apegados a sus tradiciones ancestrales. Es durante las fiestas populares cuando los menorquines reviven estos ritos ancestrales. Las fiestas comienzan generalmente en Ciutadella con Sant Joan (24 de junio) y terminan hacia mediados de septiembre con Sant Nicolau en Es Mercadal, una gran celebración que tiene lugar justo después de las fiestas de Maó dedicadas a la Virgen de Gracia. Durante estas fiestas tradicionales, es costumbre que el caballo de Pura Raza Menorquina sea la estrella del espectáculo. Los jinetes, acompañados de sus escuderos -todos vestidos con el traje del justo, blanco y negro para la ocasión- forman una cabalgata y desfilan por las calles y plazas de los pueblos al son de los tambores. El mundo ecuestre desempeña un papel muy importante en la vida cotidiana de los habitantes de la isla.