Naveta des Tudons © AGÈNCIA MENORCA TALAIÒTICA.jpg
Poblat talaiòtic de Trepucó © AGÈNCIA MENORCA TALAIÒTICA.jpg
Talatí de dalt © AGÈNCIA MENORCA TALAIÒTICA.jpg

Talaiots, navetes y taules

1 568. Ése es el número de yacimientos inventariados en la actualidad. Los restos de la cultura talayótica nos proporcionan información sobre el modo de vida de los isleños en la prehistoria. La palabra talayótico proviene de la palabra talayot, un tipo específico de construcción que se encuentra en Menorca. Existen tres categorías principales de monumentos megalíticos que se pueden utilizar para clasificar los elementos arquitectónicos talayóticos de Menorca.

Talaiots. Hasta la fecha se han identificado casi 400 talayots en la isla de Menorca Al igual que la torre corsa o los nuraghes sardos, los talaiots podían ser utilizados como torres de vigilancia, pero su función iba mucho más allá: eran elementos de prestigio para las poblaciones, edificios de gran importancia simbólica. Los talayots son prácticamente el único tipo de edificio talayótico que comparten Menorca y Mallorca.

Talayots. Las navetes (plural de naveta) tenían funciones funerarias y sólo se encuentran en Menorca. La naveta d'Es Tudons, excepcionalmente bien conservada, está considerada como uno de los monumentos megalíticos mejor conservados de Europa

Taules. Por último, las taulas, también exclusivas de Menorca, son muy numerosas. Son un tipo de construcción formada por dos grandes piedras dispuestas en forma de T: una vertical y otra horizontal. Se utilizaban con fines religiosos.

Historia de la cultura talayótica

Durante mucho tiempo, los investigadores distinguieron sólo dos periodos principales para describir la época prehistórica en las Islas Baleares: de una "cultura rupestre" inicial, el hombre habría pasado a la "cultura talayótica". Ahora sabemos que las cuevas de la isla se utilizaron durante toda la prehistoria sólo como lugares de enterramiento, y nunca como viviendas. Por otro lado, tras un siglo de excavaciones arqueológicas con métodos científicos, también sabemos que la prehistoria de la isla es un poco más compleja: ahora reconocemos cuatro periodos que permiten distinguir las principales fases de la prehistoria de Menorca: el llamado periodo dolménico (2100-1600 aC.), el periodo naviforme (1600-1200 a.C.), el periodo talayótico (1200-550 a.C.) y el periodo talayótico final (550-123 a.C.). Veamos con más detalle qué hace especial a cada periodo.

El periodo dolménico

La llegada de las primeras comunidades humanas a las Islas Baleares fue más tardía que en el resto de las islas mediterráneas, remontándose al tercer milenio a.C., a principios de la Edad del Bronce. Aunque sabemos muy poco de los primeros pobladores, éstos dejaron ciertos tipos de estructuras funerarias por toda la isla, en particular el dolmen (o sepulcro megalítico), el hipogeo de planta alargada excavado en el subsuelo rocoso y el paradolmen (o cueva natural con estructura megalítica). Todas estas construcciones son tumbas colectivas de pequeñas comunidades en las que no existe diferenciación social entre sus miembros y que desarrollaron una cultura material bastante modesta. La población puede haber practicado una economía basada en la agricultura itinerante o la ganadería, y vivía en viviendas improvisadas, como cabañas hechas con materiales efímeros, cuevas excavadas o cuevas naturales.

Periodo naviforme

A lo largo del segundo milenio a.C. se consolida el modelo de ocupación del territorio y comienzan a aparecer los primeros asentamientos estables. Se trata de pequeñas agrupaciones de cabañas conocidas como navetas o naviformes. Estas estructuras alargadas con forma de herradura y paredes de piedra tenían una puerta orientada al sur y un tejado hecho de materiales vegetales y barro. En esta época, los habitantes de la isla enterraban a sus muertos en bóvedas llamadas "alargadas" o en cuevas naturales cerradas por un muro ciclópeo. En todos los casos, se trataba de tumbas colectivas. Desde el punto de vista de la organización social, las comunidades eran igualitarias y homogéneas, y sus miembros mantenían relaciones de parentesco entre sí sin que existieran centros de poder. Su principal medio de subsistencia es la ganadería (cabras, ovejas, cerdos y vacas), que combinan con el cultivo de cereales. Probablemente también desarrollaron una actividad comercial, ya que se han descubierto vestigios de actividad metalúrgica en algunos yacimientos.

Periodo talayótico

A finales del segundo milenio a.C., coincidiendo con el final de la Edad del Bronce y el inicio de la Edad del Hierro, las comunidades humanas que habitaban Menorca empezaron a experimentar importantes cambios, con el progresivo abandono de las pequeñas aldeas residenciales y su sustitución por poblados más grandes, con espacios abiertos y zonas de usos diversos, construidos alrededor de edificios públicos monumentales en forma de torre: los talayots. Este cambio en el patrón de asentamiento se debió al importante crecimiento demográfico y a la creciente necesidad de controlar el territorio para satisfacer las necesidades de esta población. El tamaño y el número de talayots dentro de una misma ciudad, así como la extensión de estos asentamientos, pueden indicar una jerarquía entre ellos: algunas ciudades más pequeñas están subordinadas a las principales. La sociedad talayótica, al igual que su predecesora, tenía un modelo económico basado en la agricultura y la ganadería.

Periodo talayótico final

Hacia mediados del primer milenio a.C. se producen una serie de cambios en la cultura autóctona menorquina como consecuencia de la creciente jerarquización de la sociedad talayótica y de la influencia que las potencias coloniales en guerra en aquel momento van ejerciendo sobre la cultura por el control del Mediterráneo occidental. A lo largo de este periodo, los talayots dejaron de construirse y probablemente sólo permanezcan en los pueblos como elementos simbólicos del pasado y como hitos en el territorio. Por otro lado, surgió un tipo de edificio que no había existido hasta entonces: la taula, una especie de santuario en el que la comunidad llevaba a cabo ceremonias rituales y festivas. Este periodo también se caracterizó por la introducción de la metalurgia del hierro y la construcción de murallas alrededor de algunas ciudades, coincidiendo con la entrada masiva de materiales importados, sobre todo ánforas de vino y vajilla doméstica. Aunque en Menorca no hay indicios claros de una colonización púnica en sentido estricto, sí que hay evidencias de un aumento del comercio. Tras este periodo llegó la romanización, y con ella la desaparición de la cultura talayótica.

El patrimonio talayótico construido

"Una odisea de isla ciclópea" es la frase elegida por el Comité Menorca Talaiòtica para describir el patrimonio talayótico de Menorca. La palabra "ciclópeo" se refiere aquí a un método de construcción primitivo consistente en colocar piedras muy grandes, cuadradas o no, en hileras. Esto contrasta con las construcciones monumentales de tipo megalítico, edificadas mediante la colocación de grandes losas en posición vertical. Testigos silenciosos de una cultura ya extinguida, los cerca de 1.568 yacimientos de la isla narran la epopeya prehistórica que fue el periodo talayótico. Un patrimonio conservado a lo largo de los siglos por los habitantes de la isla, protegidos por más de 11.000 km de muros de piedra seca, una construcción emblemática que se encuentra por toda la isla. La variedad, cantidad y buena conservación de estos restos y de los paisajes que ocupan han permitido que Menorca Talayótica sea incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en la 45ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial en 2023. Desde un punto de vista cronológico, los edificios de la isla abarcan desde la aparición de las construcciones ciclópeas (hacia 1600 a.C.) hasta su declive, que corresponde al inicio de la romanización (en 123 a.C. para Menorca).

Se han definido nueve sectores (o zonas) como parte de la lista del Patrimonio Mundial. Estas áreas varían en tamaño desde unas pocas hectáreas a varios cientos de hectáreas. Estas áreas han sido seleccionadas siguiendo dos criterios: en primer lugar, porque contienen los mejores ejemplos de la arquitectura ciclópea y la cultura talayótica de Menorca; y en segundo lugar, porque los paisajes en los que se encuentran estos restos han estado bien conservados e integrados en el paisaje desde tiempos prehistóricos. De hecho, cada zona es un ejemplo notable de cómo los yacimientos arqueológicos pueden integrarse en paisajes vivos. He aquí, pues, una visión general de cada una de las áreas de interés de la Menorca Talayótica.

Área 1) Pla de Ciutadella: Naveta des Tudons, Torretrencada y Torrellafuda

Esta primera zona arqueológica se encuentra en el oeste de Menorca, en los llanos(planures) de Ciutadella. Se trata de una región de la isla especialmente solicitada desde tiempos inmemoriales, debido a la fertilidad del suelo y, sobre todo, a la llanura del terreno, que alberga una densidad muy elevada de yacimientos arqueológicos, con 36 yacimientos inventariados repartidos en 440 hectáreas. Entre ellos, la Naveta des Tudons es el monumento más representativo y mejor conservado del tipo naveta. También es uno de los edificios funerarios prehistóricos mejor conservados de Europa, y el principal lugar que visitar en esta región. En la zona también se encuentran los restos de dos importantes poblados talayóticos: Torrellafuda y Torretrencada. En definitiva, un excepcional paisaje prehistórico increíblemente bien integrado en el paisaje agrícola contemporáneo. Una ilustración perfecta de la coexistencia armoniosa de monumentos prehistóricos y agricultura moderna.

Zona 2) Área suroeste: humedales de Son Catlar, Son Saura y acantilados costeros meridionales

Esta unidad arqueológica, situada en el suroeste de la isla, presenta un paisaje bien conservado que revela los asentamientos prehistóricos y los patrones de uso de la tierra de la época talayótica. El humedal del Prat de Son Saura es un espacio natural de alto valor ecológico utilizado para actividades agropecuarias desde la prehistoria. Esta zona de 546 hectáreas cuenta con 34 yacimientos catalogados, entre ellos ocho talayots. También destacan los restos de viviendas de la época talayótica tardía: Son Saura y La Cova. Pero son los restos del poblado prehistórico los protagonistas de esta unidad: ¡Son Catlar es uno de los conjuntos talayóticos más monumentales de Menorca! ¿Sus principales características? La espectacular muralla posttalayótica que lo rodea, así como sus torres, fruto de un proceso de hibridación cultural púnico-talayótica. Son Catlar cuenta además con el recinto de taula (con dos entradas) más grande de la isla. Son Catlar es el principal yacimiento a visitar en esta zona.

Zona 3) Área del Migjorn Occidental: Son Mercer de Baix y Cova des Pas

Entre los barrancos de Trebalúger y Son Fideu, en la zona central del Migjorn menorquín, encontramos una buena muestra de acantilados y cuevas utilizadas en época talayótica como recintos funerarios, todo ello en un entorno natural excepcional. Entre los 24 yacimientos inventariados en el área de 107 hectáreas se encuentra la Cova des Pas, una cueva en la que se han hallado numerosos restos y utensilios asociados a ritos funerarios colectivos, practicados probablemente entre los años 1100 y 800 a.C. Estos restos no son visitables debido a su difícil acceso. Los restos naviformes de Son Mercer de Baix marcan la etapa intermedia entre el megalitismo y la generalización de la construcción de talaiots, por lo que el yacimiento ocupa un lugar central en el paisaje arquitectónico de Menorca. El poblado alberga uno de los pocos edificios naviformes con cubierta de piedra, conocido como la Cova d'es Moro. Es el principal yacimiento a visitar en esta zona, aunque es recomendable consultar previamente los horarios y condiciones de visita en la web de Menorca Talayótica.

Zona 4) Barrancos centro-sur: Sant Agustí, Galliner de Madona y Prat de son Bou

¡Entre los barrancos de Torrevella y Son Boter, en la zona central de Menorca Migjorn, se encuentra una zona de increíble geodiversidad y biodiversidad! Entre los dos barrancos (que marcan los dos extremos de esta zona arqueológica), hay más de 40 cuevas sepulcrales de diferentes tamaños y épocas. Una de ellas es la Cova des Coloms, donde se han desenterrado importantes hallazgos del periodo talayótico, entre ellos las famosas astas de buey hechas de bronce. En cuanto a construcciones, hay 63 yacimientos repartidos en una superficie de 667 hectáreas. Los principales poblados talayóticos son Sant Agustí Vell y Binicodrell de Baix. Es la zona con mayor número y diversidad tipológica de talayots. Destaca el famoso talaiot de ses Bigues de Mata, en Sant Agustí, cuyas vigas originales, de madera de acebuche y con más de 3.000 años de antigüedad, aún son claramente visibles. Este pueblo es el principal lugar para visitar en esta zona, aunque es recomendable consultar previamente los horarios y condiciones de apertura en la web de Menorca Talayótica.

Zona 5) Zona de los barrancos de Torrevella y Cala en Porter: Torre d'en Galmés, Na Comerma de Sa Garita y Ses Roques Llises

Situada íntegramente en el término municipal de Alaior y delimitada por los barrancos de Torrevella y Cala en Porter, esta zona de 632 hectáreas alberga 25 yacimientos arqueológicos enclavados en un paisaje que ha cambiado muy poco desde la prehistoria. Aquí se encuentra Torre d'en Galmés, el poblado prehistórico mejor conservado de Menorca, habitado desde principios del periodo naviforme (1600 a.C.) hasta la Edad Media. Gran ciudad talayótica con monumentales maquetas de poblados circulares, cuenta además con tres espectaculares talayots, cuatro hipogeos y una excepcional taula. Esta taula era un lugar dedicado a rituales, uno de los mejores ejemplos de la vinculación de los talayóticos con el cielo y la astronomía. Torre d'en Galmés es el principal lugar que visitar en esta región. En esta zona también se encuentra el sepulcro megalítico de Ses Roques Llises, el mejor conservado de Baleares.

Zona 6) Sureste y Alaior: Calescoves, Torralba d'en Salort, So na Caçana y Rafal Rubí

Con una extensión de 502 hectáreas, esta zona arqueológica se extiende entre las desembocaduras de los barrancos que confluyen en Calescoves (Biniedrís y Son Domingo) y la llanura ligeramente accidentada al sureste de Migjorn. En esta zona se han inventariado un total de 57 yacimientos arqueológicos, entre los que destacan tres poblados talayóticos -Calescoves, Torralba d'en Salort y So na Caçana-, así como los restos de otros cinco asentamientos menores. Torralba d'en Salort alberga una de las taulas más espectaculares de la isla. So Na Caçana alberga uno de los recintos de taula mejor conservados, en el que recientemente se ha descubierto un fenómeno arqueoastronómico: el día del solsticio de invierno, un rayo de sol entra en el edificio a través de una pequeña ventana. La región también cuenta con la mayor necrópolis de la isla: Calescoves, con sus 90 cuevas excavadas. Por último, Rafal Rubí es uno de los pocos yacimientos que contiene dos naves funerarias. En esta zona, Calescoves, Torralba d'en Salort y So na Caçana también merecen una visita.

Zona 7) Sureste y Maó: Talatí de Dalt, Torelló y Cornia Nou

Próxima al núcleo urbano de Maó, en el suroeste del municipio, esta zona es representativa del mosaico agroforestal tradicional de Menorca. Sus 104 hectáreas albergan 13 yacimientos arqueológicos, entre los que destacan Talatí de Dalt, Torelló y Cornia Nou. El poblado de Talatí cuenta con dos talayots y un recinto de taula singular: tras el abandono del edificio, una pilastra lateral cayó y se apoyó sobre el capitel de la taula, ¡formando una imagen emblemática del patrimonio talayótico de Menorca! ¡Este es el principal lugar a visitar en esta zona! En Cornia Nou, hay dos talayots que destacan por su monumentalidad. En general, los talayots monumentales de esta zona son excelentes ejemplos de la época talayótica y espectaculares testimonios del tesón de los isleños de la época: ¡el esfuerzo necesario para levantar semejantes piedras debió de ser colosal!

Zona 8) Poblado de Trepucó

La zona arquitectónica talayótica más pequeña de la isla, sus cinco hectáreas corresponden a los restos del gran poblado talayótico de Trepucó, situado en la vertiente de Maó-Es Castell. Trepucó fue uno de los poblados más importantes de Menorca (de tamaño muy similar a Torre d'en Galmés). Hay dos talaiots (uno de ellos el más ancho de Baleares) y una taula monumental. Las excavaciones llevadas a cabo por la arqueóloga británica Margaret Murray en 1930 proporcionaron la primera prueba del uso religioso/ritual de este tipo de edificios Con casi 5 metros de altura, la taula de Trepucó es la más alta y espectacular de Menorca. El yacimiento incluye también un interesante conjunto de viviendas circulares talayóticas. Visita obligada de ilustres y eruditos viajeros a lo largo del siglo XIX, este yacimiento fue el primero en ser excavado científicamente, marcando la apertura de Menorca a la arqueología europea.

Zona 9) Área nordeste de la Tramuntana: Sa Torreta, Albufera des Grau, Illa d'en Colom

Abarcando parte del noreste de Menorca e incluyendo el islote de Illa d'en Colom, esta zona se encuentra en el corazón del parque natural de la Albufera des Grau. En sus 524 hectáreas se han inventariado 28 yacimientos, entre los que destacan el poblado talayótico de Sa Torreta de Tramonta y la mina de cobre prehistórica de Sa Mitja Lluna, en la Illa d'en Colom. Sa Mitja Lluna es la única mina prehistórica conocida de Baleares y una de las pocas que se conservan inalteradas en el sur de Europa (cerrada a los visitantes por motivos de conservación). Sa Torreta de Tramuntana es el pueblo de referencia del norte de la isla. Aquí encontrará un talaiot, un recinto con taula y restos de viviendas circulares. Este poblado es el principal lugar de visita de la zona, aunque es recomendable consultar previamente los horarios y condiciones de apertura en la web de Menorca Talaiòtica.