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Una marca con una historia única

Santiago Pons, hijo de zapatero, fundó Pons Quintana en 1953, especializándose en calzado infantil. La producción se amplió al calzado deportivo (1956) y, posteriormente, al pie femenino. Mucho más tarde, Pons Quintana amplió su gama al pie masculino. Por fin nació la emblemática babucha, la zapatilla de estilo menorquín, símbolo del calzado cómodo de interior. Todo un éxito para Quintana La fábrica actual se construyó en 1968. La fábrica se fue desmantelando poco a poco, pero nunca se abandonó del todo, y la producción se fue modernizando: máquinas más modernas facilitaban el montaje y la fabricación de las zapatillas. Hacia 1975, se establecieron los primeros contactos comerciales con Europa. Es entonces cuando diseñadores franceses e italianos empiezan a trabajar en las colecciones, creando nuevos modelos e insuflando nueva vida a la empresa. Se formó una nueva generación bajo la dirección de Santiago Pons Quintana. Se crean productos para el mercado internacional. Durante la década siguiente, las tecnologías evolucionaron y la familia creció, con un centenar de empleados que se incorporaron a la fábrica de Alaior. La productividad aumentó y Pons Quintana confirmó su lugar en el mundo del calzado de calidad. Una posición que la empresa sigue ocupando en la actualidad

Un asunto familiar, local y comprometido

Es importante señalar aquí que Pons Quinana es una empresa que ha crecido de forma orgánica y siguiendo un ritmo natural. Desde que se fundó la empresa, la producción ha sido local, proporcionando un medio de vida a los habitantes de Alaior y sus alrededores. Es un ejemplo de empresa perfectamente integrada en su ecosistema natural y social. Esto se debe a que, además de su apego a la artesanía (volveremos sobre ello un poco más adelante), la empresa siempre ha cultivado una profunda conexión con la noción de tierra, territorio y comunidad. El fundador siempre creyó en la capacidad emprendedora de sus conciudadanos y dirigió sus negocios de forma que mejorase el nivel de vida de la comunidad y, más ampliamente, de la isla. De hecho, cuando falleció en 2022, la ciudad de Alaior devolvió el favor a uno de sus benefactores: Pons Quintana entró oficialmente en el club de los "hijos ilustres" de Alaior y una calle recibió su nombre. También cabe destacar aquí la importancia de la noción de familia, valor cardinal en la actividad de la marca desde su creación. Hoy en día, la fábrica está dirigida por la segunda generación, ¡que ya cuenta con el apoyo de la tercera! Pero familia también significa familia ampliada: cada empleado, cada miembro del personal, cada miembro de la sociedad es tratado con respeto, como parte esencial e integrante de la empresa.

Además de su demostrado compromiso social, Pons Quintana también apuesta por la sostenibilidad. El compromiso con el medio ambiente forma parte de los valores de la empresa desde sus inicios, y comienza con una rigurosa elección de los materiales básicos utilizados en la fabricación de sus zapatos. La conciencia ecológica -conciencia de su impacto en el medio ambiente y limitación de su huella de carbono- es una de las principales preocupaciones de Pons Quintana. En consecuencia, se favorecen los procesos de fabricación que tienen un impacto limitado en el medio ambiente, en particular mediante la promoción de técnicas responsables de tratamiento de la piel. El proceso de curtido de la piel es el centro de nuestra atención, utilizando materiales sostenibles y prácticas éticas. La prueba de que es posible combinar estilo y conciencia ecológica

Entre bastidores: el trenat

Veamos ahora más de cerca las características específicas de las colecciones de calzado de Pons Quintana y los secretos de su fabricación. El proceso de fabricación de Pons Quintana comienza con la selección de materiales de alta calidad. Sólo se utiliza piel auténtica (u otros materiales nobles y/o duraderos) para garantizar la excelencia de los productos. Después viene la fase de corte: las piezas necesarias para cada producto se cortan con precisión milimétrica. Después viene la fase de montaje, durante la cual se cosen las diferentes partes del zapato. Es importante señalar aquí que los trabajadores que colaboran con Pons Quintana no son meros ejecutores. Son verdaderos artesanos que siguen un proceso de producción preciso con una meticulosidad y una pericia excepcionales. Garantizan que las costuras sean resistentes y estéticamente agradables. Las costuras pueden hacerse a mano o con máquinas especializadas, según el modelo y sus detalles.

Sin embargo, merece la pena detenerse un momento en una técnica muy específica y distintiva de la marca Pons Quintana: la del trenat, o trenzado en francés. Pons Quintana ha hecho del trenzado a mano su seña de identidad: tiras de cuero cuidadosamente entrelazadas para crear diseños específicos y motivos únicos. Pero no lo hace cualquiera Las técnicas menorquinas de trenzado de cuero son muy especiales, y de hecho son una habilidad tradicional que se ha transmitido de generación en generación en la isla. El trenzado se realiza a mano y requiere una gran habilidad. No cabe duda de que el éxito de la marca radica en su combinación única de un servicio tradicional y artesanal con una estética decididamente contemporánea. De hecho, fue por esta técnica ancestral del trenat por la que apostó el fundador allá por los años sesenta. La apuesta salió bien: este oficio, adaptado a las tendencias y modas del momento, ha permitido a Pons Quintana diferenciarse, afirmar su propia identidad, sus raíces en la tradición, pero también su apertura al mundo. En 1990, el zapato trenzado se había convertido en todo un símbolo

Tanto si se trata de zapatos trenzados como de zapatos con partes cosidas, todos pasan por una fase de control de calidad en profundidad para garantizar que cada modelo cumple los estándares de excelencia de la marca. Cada zapato se inspecciona para garantizar que no tenga defectos ni imperfecciones. Cada pieza se trata individualmente y a mano para garantizar que cumple los más altos estándares de calidad tanto en términos de acabado como de comodidad. En resumen, una cadena de producción en la que la atención meticulosa a los detalles y la artesanía ocupan un lugar central en el proceso, desde la selección de los materiales hasta el tejido y ensamblaje de las piezas. La artesanía tradicional se une a la comodidad y la elegancia del mundo moderno.

2024, una colección de alta calidad

Está claro que, aunque el compromiso medioambiental y social es una de las prioridades de la empresa, también lo es la calidad del producto. Y cuando el saber hacer de siempre se combina con el diseño moderno y la comodidad, nacen maravillas Así, además de la alta calidad de los materiales elegidos (parámetro fundamental), es la experiencia de calzarse lo que está en el centro de la atención, al igual que el estilo, siempre vinculado a Menorca, aunque sólo sea a través de los colores elegidos.

En este sentido, 2024 será una explosión floral. Desde la misma creación de la empresa, el color ha sido uno de los puntos en los que Pons Quintana, ávido de explorar nuevos territorios, siempre se ha distinguido en el mundo del calzado: ¡audacia e innovación son las palabras clave! Y la colección primavera-verano 2024 nos reserva algunas sorpresas Además de la gama de colores tradicional, habrá una colección de 40 tonos diferentes en tienda. Lavanda, pistacho, turquesa y un vibrante rojo fresa son sólo algunos de los colores que se ofrecen este año También se introducirán atractivas variedades de blanco roto, mientras que los tonos metalizados ganarán terreno.

Pero la innovación también se verá este año en el lanzamiento de nuevas formas y cortes: se ofrecerán 42 modelos, ¡20 de ellos completamente nuevos! Cortes elegantes, refinados y originales Otra de las grandes innovaciones de Pons Quintana en 2024 es la introducción de motivos florales en todas las formas y tamaños. Estos motivos y decoraciones se esculpirán en la piel, se tallarán en el propio corte y se incrustarán en las suelas. La pedrería y los cristales también darán brillo a algunos modelos de la colección. Las bailarinas también ocuparán un lugar destacado, al igual que los mocasines. También habrá una bonita línea de sandalias y botines tejidos. El modelo Fidji, con su tacón alto, será una de las estrellas del año: ¡elegancia y modernidad montadas sobre 3, 5, 7 u 8 centímetros! En resumen, ¡es un año de color, luz y originalidad!

Por último, cabe destacar que aunque la sede de la marca siempre ha permanecido en la isla (también es posible visitar la fábrica, aún en funcionamiento, al mismo tiempo que se hace un recorrido por la tienda Alaior: hay un showroom donde admirar los últimos modelos y ver trabajar a los artesanos), su vocación se extiende más allá de las fronteras de Europa, ¡con el Made in Menorca como bandera! Además del showroom en el taller de Alaior, la marca cuenta con boutiques propias en Maó, Ciutadella, Madrid (tienda outlet) y Toledo, además de boutiques asociadas en toda Europa y la tienda online (página web) de Pons Quintana. Es decir, ¡este año nadie tendrá problemas para encontrar el zapato perfecto!