Raíces..

De oeste a este, desde Ciutadella donde las brujas ofician en secreto hasta Maó donde los fantasmas rondan el Castillo de San Felipe, Menorca es fuente de todo un corpus de leyendas, entre ellas el recuerdo de sus famosos naufragios y el mito de sus ciudades hundidas. En 1990, Carlos Garrido Torres se interesó por este patrimonio ancestral y publicó Menorca Màgica, una obra que se convirtió en un éxito de ventas, pero que aún no hemos podido descubrir en nuestro idioma. Mucho después de que el gigante que habitó por primera vez la isla la abandonara, Menorca siguió siendo terreno fértil para la imaginación, aunque la realidad acabara por alcanzarla. Por ejemplo, Pierre-Nicolas Brunet, escritor y dramaturgo francés (1733-1771), admitió sin tapujos que mezclaba narrativa y ficción en Minorque conquise, que publicó en 1756. Este "poëme héroïque, en quatre chants" (poema heroico, en cuatro cantos) es una lectura deliciosa para cualquier aficionado al lenguaje de antaño, y puede descargarse gratuitamente en Gallica, la página web de la BNF. No quisiera estropear nada si no mencionara un memorable asedio y a un almirante británico, John Byng. Joan Ramis i Ramis (1746-1819) quiso ser más preciso. Los títulos de sus numerosas obras -Resumen topográfico e histórico de Menorca, Alquerías de Menorca, Varones ilustres de Menorca, Antigüedades célticas de Menorca...- demuestran su natural rigor y curiosidad. Sin embargo, en ocasiones abandonó las ciencias para dedicarse a la poesía y al teatro, lo que no es de extrañar en un hombre que fue abogado y uno de los fundadores, en 1778, de la Societat Maonesa de Cultura. Esta gran capacidad de adaptación le sirvió sin duda en su vida cotidiana, ya que las convulsiones que sacudieron su isla natal durante el siglo XVIII le expusieron a tantas lenguas y culturas diferentes: francés, inglés, catalán y español..

Esta cuestión lingüística -y, más ampliamente, identitaria- agitaba también a su amigo Antoni Febrer i Cardona, quince años menor que él, que con él creó la Societat Maonesa de Cultura y se integró en el Grup Il-lustrat Menorquí. Febrer -que nació bajo la dominación francesa, vivió la ocupación británica y vio la llegada de los españoles- estudió primero Derecho en Aviñón antes de dedicarse plenamente a la literatura, convirtiéndose en traductor (del latín al catalán), autor de unos Principis de la lectura menorquina descubiertos tras su muerte y, sobre todo, gramático. Sus estudios sobre el dialecto menorquín -derivado del catalán, pero con características específicas propias- siguen siendo muy apreciados, al igual que su impresionante diccionario menorquín-español-francés-latín. Apenas un siglo y un año después, en la vecina isla de Mallorca, concretamente en Manacor, nacía en 1862 Antoni Maria Alcover, quien se dedicó a recopilar vocabulario mallorquín y al año siguiente inauguró la primera revista filológica de España. Este proyecto se convertiría en el Diccionario Catalano-Valenciano-Balear, al que contribuyó activamente y que dirigió antes de que el menorquín Francesc de Borja Moll (1903-1991) le sustituyera a su muerte en 1932. El primer volumen de esta obra colosal, que llegaría a ser diez, se publicó en 1926, y el último sólo en 1962, ya que entretanto la dictadura franquista había puesto fin a este tipo de iniciativas..

... a la escritura

Vicario y profesor de latín, Antoni Moll Camps (1926-2023) fue coronado "Patriarca de les lletres menorquines" con Serenor (1947), la primera obra en catalán aparecida tras el final de la Guerra Civil, una de cuyas últimas batallas se libró en la isla. En 1966 emigró a Chile, abandonó la Iglesia para casarse cuatro años más tarde, y no volvió a publicar hasta 1986 con Inventari de minyonia, escrita en prosa. Pau Faner i Coll, nacido en Ciutadella en 1949, también actuó como nexo entre los dos continentes, ya que se le atribuye la introducción en la literatura catalana del movimiento literario típicamente latinoamericano del Realismo Mágico. Sus novelas, para jóvenes y mayores, y sus relatos, incluidos los inspirados en Menorca, que fueron su primera obra publicada en 1972, le han valido prestigiosos galardones (Premi Josep Pla de narrativa en 1983, Premi Nadal de novela en 1985, etc.) y le han convertido en uno de los escritores más famosos de su isla.

Sin embargo, fueron los escritores nacidos en la segunda mitad del siglo XX quienes confirmaron la efervescencia de la literatura menorquina. Aunque la ausencia de traducciones no permita imaginarlo, son muchos los que publican y animan la vida cultural de la isla. La implicación de Josep Maria Quintana Petrus con diversas instituciones ha sido intensa, y su ecléctica obra le ha valido numerosos premios. Joan F. López Casasnovas (1952-2022) fue cofundador delInstitut Menorquí d'Estudis. Catedrático de Lengua y Literatura, escribió numerosos artículos sobre lingüística con su propio nombre, reservando el seudónimo de Pere Xerxa para sus versos poéticos. Autodidacta pero hijo de poeta, Pere Gomilla, nacido en Alaior en 1954, tiene gusto por la escena y la interpretación: entre 1977 y 1979 participó en el grupo artístico Es Mussols, y desde 2004 organiza el festival Illanvers. También publica regularmente desde 1978(Regió afòtica) y colabora en revistas como S'Ull de Sol y Menorca. Josefina Salord Ripoll también se inició en la prensa, antes de abordar obras de más enjundia(Diccionari del teatre a les Illes Balears, Diccionari de la literatura catalana), al tiempo que se mostraba muy activa en elAteneu de Maó y en el Cercle Artístic de Ciutadella. También están el poeta Ponç Pons, ampliamente aclamado por su polifacética obra, y Bel Joan Casasnovas, que se dio a conocer en 1991 en la Biennal Literària de poesia de Sant Joan, y sus homólogas femeninas, las novelistas Esperança Camps y Maite Salord Ripoll. Por último, pero no por ello menos importante, la próxima generación de poetas parece asegurada gracias a la poetisa Lucia Palliser, especialmente implicada en la organización del festival de slam de Menorca, y Guillem Benejam, nacido en 1990, que ya ha ganado varios premios y también está muy implicado en diversos eventos literarios.